viernes, 29 de enero de 2021

Platón, Aristóteles y la Covid 19

Platón, Aristóteles y la Covid 19


Aristóteles afirma que el alma desaparece cuando el individuo muere, por lo tanto el alma es mortal. Platón estaba convencido que el alma racional era inmortal. Dos contradicciones de dos grandes filósofos. No hay que asustarse cuando gente del común, dirigido por políticos-funcionarios asesorados por inexpertos expertos nos lleven a esa confusión generalizada para librarnos o protegernos supuestamente de este virus cruel.


La humanidad nunca se puso de acuerdo para decir o hacer algo. Siempre surgirán  un Cástor y Polux para separar cualquier indicio de unificación de ideas y conceptos. Siempre habrá una izquierda y una derecha política; partidos liberales y conservadores; ese yin taoista que se enfrenta cordialmente con el yang. Tirios y troyanos, güelfos y gibelinos, sin contar con todos los dioscuros de la Antigüedad. 


Sufriendo todo el mundo una pandemia apocalíptica hay dirigentes que aconsejan y ordenan incongruencias que el pueblo llano acata sin rechistar. Por otro lado hay gente de ese mismo pueblo que no hace caso a nadie. Se aliena para evitar estar controlado por el Poder. 


¿Qué tiene que ver Platón o Aristóteles en todo este maremagnun que nos rodea? Más de lo que parece. Esta crisis sanitaria mundial está poniendo a prueba el actual  sistema político-social de Occidente. Está desapareciendo el periodismo y por ende la información manipulada, tal como se conocía por invasión de las redes sociales. El mercado tradicional desaparecerá cuando se extienda aún más la moda de la compra on-line. 

Papá Estado pierde, poco a poco, la batuta con la que siempre dirigió a los  ciudadanos. Parte del pueblo parece estar en continuas algaradas callejeras, muy peligrosas ya que pueden  cargarse cualquier tipo de gobierno. Todo esto lo ha demostrado la pandemia resucitando un monstruo dormido, el terror del sistema capitalista: el anarquismo. El filósofo Zizek vaticina un colapso del capitalismo tal como lo conocemos, posiblemente habrá otro sistema de gestión de la riqueza mundial y del trabajo. La Covid-19 ha servido como campo de pruebas de estas hipótesis de Zizek.

 A pesar que hay ciudadanos obedientes que hacen lo que sus gobiernos dictan hay otros grupos de libertarios que se aprovechan de la situación y son capaces de hacer balbucear al presidente de los Países Bajos que qué tenía que ver el asalto a tiendas y la quema de vehículos en Amsterdan con una protesta contra el confinamiento a causa del virus.

Mientras tanto personajes como Proudhom, Bakunin, Serge, Pestaña y otros se frotan las manos en el Séptimo Sello y... esperan.

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