domingo, 30 de agosto de 2020
El Editorial del Blog (En un Cuento de Ciencia Ficción)
miércoles, 26 de agosto de 2020
Un libro de mi Biblioteca
La peste
Autor: Albert Camus
(Reedición del año 2010; diez años antes de la Pandemia de la Covid 19)
De los tres libros que posee mi Biblioteca que yo considero "malditos" La peste es uno de ellos. Los otros dos son Hambre, de Knut Hamsum y El proceso, de Franz Kafka. Todos muestran el lado feo de la humanidad, cosa que aborrezco.
Albert Camus me hizo sentir miserable e impotente con esta novela. En la contraportada del libro se puede leer: " Una invasión de ratas causa una epidemia de peste en la ciudad de Orán. Las medidas profilácticas exigen el aislamiento de su habitantes. En dicho confinamiento se destapa las grandezas y las miserias de la condición humana"
Entresacamos algunos párrafos:
"El aislamiento me aburre. ¿Qué hacer para no perder el tiempo? Respuesta: sentirlo en toda su lentitud. Medios: pasarse los días en la antesala de un dentista en una silla inconfortable; vivir el domingo en el balcón, toda la tarde; oír conferencias en una lengua que no se conoce..."
"Es cierto, es cólera ¿Cuántas camas tienen los pabellones? Ochenta ¿Hay más de treinta enfermos en la ciudad? Hay los que tienen miedo y los que no los tienen. Pero los más numerosos son los que todavía no han tenido tiempo de tenerlo. Hace falta soluciones completas. Hay que levantar contra la epidemia una verdadera barrera o no hacer nada"
"Había muchos que, como Rambert, intentaba huir de esta atmósfera de pánico naciente. Rambert quería salir de la ciudad. La base de su argumentación consistía siempre en decir que él era un extraño en la ciudad y que, por lo tanto, su caso debía ser especialmente examinado. Había visitado todos los despachos, hecho todas las gestiones posible: las salidas de la ciudad estaban totalmente cerradas"
"¿La epidemia avanza?- preguntó Rambert. Rieux dijo que no y que, incluso la curva de las estadísticas subía menos deprisa. Lo que pasaba era, simplemente, que los medios de la lucha contra la peste eran insuficientes"
"El doctor Rieux caminaba por las calles llenas de júbilo entre campanas y los cañonazos, las músicas y los gritos ensordecedores. La peste había sido eliminada de la ciudad, aunque no pudo evitar pensar que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, esperando resucitar"
¿Europa necesita un César Augusto?
¿Europa necesita un César Augusto?
Desde siempre fui un estudioso del Imperio Romano, sobre todo del período conocido como Pax Augusta, porque considero que fue la mejor época de Occidente, de la futura "Europa".
La figura de Cayo Julio César Augusto (63 a.C.- 14 d.C.) es sencillamente fascinante. Tuvo sus luces y sus sombras, como todos los seres humanos, pero como legislador de un gran Imperio, de una gran Cultura, de una gran Civilización nadie en la Historia del Mundo Occidental lo superó.
Antes de la "llegada" de Augusto al poder el Imperio y todas sus Provincias estaban mal administradas. Las costumbres y los modos de vida de sus habitantes habían degenerados moralmente hasta lo inimaginable. El respeto y el amor a las tradiciones y a la historia se habían olvidado.
Augusto en el poder lo primero que hizo fue limpiar el senado de parásitos, de los 900 que había lo redujo a 600, dejando entrar a una clase media en detrimento de los de siempre, los acaudalados patricios.
Augusto se sorprendió de la inmoralidad del pueblo llano, del "todo es lícito, todo vale, todos el mundo lo hace" y para empezar y dar ejemplo desterró a su lasciva y ninfómana hija Julia a una isla y al inteligente y libertino Ovidio también lo desterró al confín del Imperio por muchas razones, entre ella haber escrito "Ars amatorio".
Lo que sería después Europa, formada por las antiguas provincias, fue depurada de gobernadores corruptos y licenciosos.
El pueblo lo adoraba a tal extremo que lo veneraba como a un dios. Bajo su gobierno apenas se produjo guerra alguna de importancia, la gente trabajaba y vivía en paz.
La Pax Augusta o Pax Romana floreció por doquier aunque no se pudo desterrar costumbres antañonas deprimentes. Como el mantenimiento de 400.000 ociosos en Roma formado por pobres y mendigos que vivían de la caridad del Estado y de algunos magnates. Una muchedumbre de vagos que consumía 4 millones de litros de aceite y miles de toneladas de trigo al año. ¿Eran necesarios? Sí, eran utilizados como clientela que votaban a sus patronos cuando deseaban llegar a ser senadores u otro alto cargo. Estos mendigos aparte de coger la sportula del Estado practicaban la salutatio, que era hacer todas las mañanas un cola de pedigüeños ante la puerta de un potentado para darle los buenos días y recibir a cambio una limosna.
Otra costumbre salvaje que practicaba el pueblo romano era la exposición de los hijos no deseados o que eran paridos con algunas taras físicas o metales. Estos recién nacidos se dejaban en un erial a la afuera de la ciudad y allí se les dejaban morir de calor, de hambre o devorada por los perros aunque la mayoría de las veces otras personas los recogían para criarlos malamente y ser vendido, con tres o cinco años de edad, como niños esclavos.
El gran Imperios Romano, si exceptuamos a las Provincias de Africa y de Asia, abarcaba lo que ahora puede ser considerado como Europa. Una Europa que en pleno siglo XXI es un batiburrillo de gobernantes, ideas y economías difíciles de homogeneizar. Una Europa decadente necesitada de otro hombre similar a Cayo Julio Cesar Octaviano Augusto .
Cine de Ayer
September (1987)
Director: Woody Allen
Las relaciones de parejas siempre fueron temas idóneos como argumentos para novelas y guiones de cine o teatro.
Esta película nos muestra en tan solo 90 minutos todas las variables de los deseos, anhelos y despechos del amor o de la atracción física entre un hombre y una mujer entre las conocidas como "parejas normales".
La fotografía es excelente, Carlo Di Parma conecta bien con el gusto del director, con esos tonos suaves de beige-crema y con esa luz y sombra, puro arte fotográfico. La banda sonora es fabulosa sobre todo en aquella escena donde se reproduce un disco de jazz, se va la luz, entonces alguien enciende una vela y otro invitado se sienta frente a un piano y toca algo de Art Tatum.
Hablar de los intérpretes sería un desatino pues todos son unos y unas artistazas, sobre todo Mia Farrow que interpreta un papel de mujer desnortada y pavisosa, feucha, sin apenas maquillaje pero con una actuación soberbia. Un 10 para todos... y todas (como dicen hoy día).
El guión de esta película fue escrito por el propio Woody Allen inspirado en los cuentos de Chejov y con algunas pinceladas de Bergman.
"Un grupo de personas, de la burguesía neoyorkina, se reúnen en una casa de campo durante los dos últimos días de las vacaciones de verano, a primeros del mes de septiembre. Cada personaje posee una individualidad muy marcada. Lane, interpretada por la genial Mia Farrow, es una viuda solitaria, insegura con un bagaje a cuesta de frustraciones y malas experiencias, traumas y obsesiones. Su madre, una antigua actriz, madura e hiperactiva, le aconseja que se arregle y busque una pareja, que no se abata tan fácilmente como suele hacer, que hay que luchar y disfrutar de la vida.
Otra personaje del film es Stephanie, casada con dos hijos que pasa unos días con su amiga Lane para alejarse, provisionalmente, de su esposo, una mujer con un grave problema de aburrimieto existencial.
Hay otros personajes interesantes, los necesarios para que Woody Allen nos presente un escenario donde se desarrolla un drama intimista, triste, melancólico, intenso e incluso con unas gotas de humor. Una película buena, incluso mejor que "Hanna y sus hermanas". Una película que recomendamos a los amantes del buen cine.