martes, 23 de febrero de 2016

CINE DE AYER

The Servant   (El sirviente) 1963

Director: Joseph Losey

Siempre me encantó las películas que tratan sobre la condición humana; somos tan maleables que todo lo que nos rodea influye antes o después en nuestro carácter. Como le pasó al rico burgués que contrató un valet, un sirviente personal, y que se dejó influir por éste criado hasta el extremo de llegar a la más abyecta corrupción moral.

El actor británico Dirk Bogarde borda el papel de un mayordomo que poco a poco lo va introduciendo en el vicio y la depravación para hacerse él mismo  dueño del bienestar que rodeaba a su amo. 

Pude ver esta excelente película, en 1965, en un local especializado llamado de "Arte y Ensayo" ubicado en el sótano del Hotel Palace de Madrid. Era una película prohibida por el régimen anterior para ser exhibida en las salas comerciales pero no para una minoría de cinéfilos que la teníamos que ver en versión original, sin subtítulos, y comprendiendo, al menos en mi caso solo el 25% de los diálogos. El resto me lo imaginaba.

El control mental de la gente fue el sueño del Poder y del poder de algunas personas sobre otras mentes débiles, confusas o temerosas. En esta película se demuestra como un solterón rico y de clase alta cae en las redes de un depravado criado, pícaro y canalla que al ver la "inocencia" de su señor lo va introduciendo en experiencias exóticas prohibidas por su educación y estatus social: prostitución, drogas y homosexualidad. El criado, como toda persona servil, sonríe humildemente ante las órdenes de su señor y busca la forma de satisfacerlo con pequeños detalles: cocinar aquello que le gusta, preparar un martini en su punto, tener el baño con el agua a la temperatura que su señor acostumbra, hasta aquel día que lleva a su amiga, una prostituta adiestrada por el sirviente, que la bajo capa de aparentar ser una señorita respetable se deja seducir por el señor. El sirviente detecta que a su señor también le puede gustar los hombres ya que ve  posters colgados en su habitación de chicos musculosos. Lo justo para presentarle a un fornido y joven mancebo que en un par de visitas le hace probar el amor prohibido. Una de cal y otra de arena. El señor se relaja y lo pasa bien con las visitas de la puta y del puto. Pero no, el sirviente necesita poseer la voluntad de su amo, lo inicia en las drogas, poco a poco hasta que...

¿Puede ser esta película un alegato de la dominación de la plebe por las clases superiores que les ofrecen "vicios" diversos a cambio de su sumisión? Nos preguntamos. 
Hay un dicho antiguo. "Unos nacen para servir y otros para ser servidos" No es cierto, hay muchos servidores que se hacen dueños de una situación determinada y otros, los señores, que por comodidad o desidia se deja dominar y abatir por otros antes de defender sus derechos.