miércoles, 28 de septiembre de 2016

El Arte como medio de conocernos

El Arte como medio de conocernos.

La Literatura y el Arte  siempre fueron los dos grandes medios para mostrarnos este extraño experimento de vivir en sociedad.
En una película de Jean Renoir del año 1932 titulada "Boudur salvado de las aguas" se cuenta como un incauto y bondadoso librero, lleno de ideales y de amor al prójimo, se lanza al río Sena para salvar a un vagabundo que intenta suicidarse. Lo saca del río y después de reconfortarlo con dulces palabras lo lleva a su hogar donde es alojado a la vez que le da trabajo, durante algunas horas, en la librería. El mendigo agradece el favor seduciendo y engañando con promesa de matrimonio a la criada y después acostándose con la propia esposa del librero a la que incita a robar los ahorros para fugarse con él. ¿Es una película expresionista? Quizá, pero la paradoja de esta pequeña obra de arte es que por mucho que queramos, por muchos que nos esforcemos la cabra tirará siempre al monte y la mujer casquivana vivirá mejor en su lupanar.

Siguiendo con el mal llamado séptimo arte me viene a la memoria  aquella excelente película de Buñuel Viridiana donde una bondadosa beata pretende portarse como una auténtica cristiana con una caterva de desalmados y pestilentes mendigos. Esta gentuza cuando tiene ocasión destroza la casa donde esta caritativa señora los tienen acogidos y roban todo lo que puede para terminar intentado violar a la pobre dama. "Nunca metas una serpiente moribunda en tu pecho", dice la Biblia.

En el campo literario hay ejemplos de seres desagradecidos y aprovechados de la bondad de otros, Nuestra literatura española picaresca nos muestra como eran y son estas gentes. Y una parte de la literatura del siglo XIX y principios del siglo XX también nos cuenta como esa chusma desagradecida rechaza y se ríe de las personas bondadosas que intenta ayudarla. 

Cine de ayer: El Graduado

El Graduado (1967)

Director: Mike Nichols

¿Qué joven veinteañero no deseó nunca tener una aventura con una mujer mayor que él? 
Pude ver este película cuando se estrenó en un cine de Toronto, aunque mi inglés era tan flojito que apenas entendí el 60% de los diálogos, pero las imágenes eran muy explícitas. Después vi este film varias veces en España y conservo la cinta de video de la misma que la repaso y todavía me asombro de su modernidad a pesar de haber pasado 49 años desde su estreno.
Es que la señora Ms. Robinson, la actriz Anne Baucroff, era muy sexy y el jovencito seducido por dicha dama, Benjamín  (interpretado por un jovencísimo Dustin Hoffman) representaba, creo que encarnaba a todos los jóvenes que alucinados veíamos como una señora hermosa  se quitaba las medias y la cámara enfocaba la escena desde una media distancia. 
Debemos reconocer que todo hombre en su sano juicio y "normalito" tiene (¿tenemos?) fantasías eróticas poetizadas, imaginadas y adornadas con nuestras propios sueños ¡Pobre hombre el que carezca de estas alucinaciones auto generadas!

Volvamos a la película de Mike Nichols, éste  basó el guión en una novela apenas conocida, después de la proyección de la película se vendieron millones de ejemplares por todo el mundo. Se narra como vive  esa clase media alta americana que después del trabajo, el trabajo es sagrado, se sumerge en el éxtasis del sexo, del alcohol, de las drogas de diseño y de un deporte favorito: el adulterio. Un deporte  que sirve de antídoto contra el aburrimiento del burgués o incluso del pobre más pobre.

Hay una gran diferencia entre una relación secreta y de buen tono entre un chico joven y una mujer madura con clase y otra relación más sórdida y más grosera entre un  chulo barato y una guarrindonga mayor del tres al cuarto. En esencia, estas relaciones son casi iguales, pero en el fondo son opuestas.

Benjamín, el joven de la película, estaba "enceliscado" (genial vocablo que usan en mi pueblo para señalar que está uno enviciado con algo o con alguien) con la señora Robinson hasta que se le ocurrió enamorarse de su hija y ahí empezaron los problemas y la parte dramática de la película.

Una excelente película, creo que ganó varios Oscar,  con una banda sonora fantástica de Simon & Garfunkel.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Un libro de mi biblioteca

Mishima o el placer de morir

Juan Antonio Vallejo-Nágera 

¿A quién no le fascina el comportamiento del ser humano? Encontraremos siempre un mosaico de vicios y virtudes, de sensaciones gratas e ingratas y de formas de vida tan diversas a la nuestra que nos impactarán.
Vallejo-Nágera, aparte de ser un prestigioso psiquiatra, es un escritor culto y exquisito. En este relato-documento nos explica la transformación, la transfiguración, de una persona según el ambiente en el que vivió y se educó.

"En 1965 Mishima era ya un escritor consagrado y adorado en todo el Japón. Ese año fue a Nueva York a presentar su última novela y luego a París donde fue recibido y elogiado favorablemente. 
Nadie explica el porqué de la fatal decisión de Mishima cuando se suicidó ritualmente, practicándose el seppuku, en el año 1970.

Disfrutaba de una vida aparentemente plena, llena de triunfos, quizá algo ensombrecida por el éxito de su rival literario Kawabata que la prensa le llamaba siempre el maestro de Mishima. 

Mishima en una conferencia puso como ejemplo de resistencia a los embates de lo extranjero en su país y en todas las civilizaciones a los españoles que aún mantenían la tradición del toreo frente a sus posibles detractores.

Curiosamente, Mishima, tan amante de la tradición japonesa adoraba la cultura occidental  y en sus novelas muestra ese desdoblamiento entre la cultura oriental y la occidental. Su mente funcionaba como en compartimientos estancos; en realidad era muchas personas distintas a la vez. Hablaba siempre en inglés e intentaba pensar en inglés aunque su corazón era tradicionalmente nipón. 

Mishima fue un hombre que se transformó varias veces. En su adolescencia tuvo un cuerpo endeble, casi enfermizo y a partir de cumplir los 30 años de edad se dedicó a cultivar su cuerpo practicando varios deportes: halterofilia, gimnasia, boxeo, kendo, karate (fue cinturón negro) y equitación. Todo lo necesario para ser un perfecto soldado imperial. 

Curiosamente, para aquellos tiempos, Mishima era un declarado homosexual pese a estar casado. En su novela de carácter autobiográfico ya lo denunció: "Confesiones de una máscara". Tuvo que disimular en su juventud aparentado que le gustaban las mujeres cuando en realidad se fijaba más en los hombres y en los jovencitos. 

El mundo de Mishima navega entre la realidad de un pragmatismo que él consideraba chabacano y una fantasía que se creó para luchar contra dicha realidad. Él deseaba un Japón que viviera y se desarrollara entre el crisantemo y la espada. Deseaba ardientemente que Japón volviera a su estado puro e incluso fundó un ejército privado de "perfectos", los kiri-jini. 

Mishima demostró estar desconectado de la realidad teniendo un concepto esteticista del fenómeno cultural japonés. Sus últimas palabras antes de suicidarse fueron: Creo que la gente no me ha entendido bien".