domingo, 27 de septiembre de 2020

Un estigma difícil de disimular

 Un estigma difícil de disimular: el pedegrí de cada cual


Decía Barthe que a lo largo de su vida lo que más le sorprendió fue el grado de estigmatización que los negros americanos arrastran debido no al color de la piel sino por no poder disimular su pedigree: todos ellos son descendientes de esclavos, el eslabón más bajo de la sociedad.


En Europa, en España, donde desde hace unas décadas se pretende inculcar al pueblo llano de que todos somos iguales ¡qué falacia! hay personas de origen humilde (antes se decía pobre) que han triunfado en la vida empresarial, financiera o política pero que poseen apellidos que denotan un origen poco noble.

 Algunos de estos triunfadores pueden apellidarse  Barragana cuando les gustarían apellidarse por lo menos Vallport de San Carlos. Una pena, su pápa (así, con acento esdrújulo) fue un guardabarrera del tren en los años 50 del pasado siglo.El neo-prócer carece de "buena cuna", de pedigrí, es un paria ascendido artificialmente a la pseudonobleza triunfal de ahora. Este argumento puede sonar a algo pueril pero los famosetes, los nuevos ricos y algunos insignes personajes de la alta política rabian porque ni pueden cambiar sus caras de paletos, de pueblerinos, ni menos aún falsear su origen genealógico. 


Creo que lo leí en Triunfo o en Cambio16, de la época de la transición, sobre un alto cargo, un ejecutivo (CEO, se llama ahora)  que se apellidaba Capón. No podía soportar que le llamaran Sr. Capón por megafonía cuando asistía a un congreso. Consultó con un genealogista y un equipo de abogados ante la posibilidad de cambiar  su horrible apellido por otro menos jocoso. No hay problema, todo es cuestión de dinero y de poseer contactos, le dijeron. El especialistas en genealogía consultó el Diccionario Hispanoamericano de Heráldica, de Endika de Mogrobejo y halló "vacante" Caponette, apellido originario del Bearne. Todo quedó arreglado y Capón se llenó de orgullo cuando leyó en la prensa que él, el Exmo. Señor Don Juan Gregorio Caponette, Presidente del Consejo de Administración de Eléctrica del Sur ha sido nombrado Ministro de Industria. 


No exageramos sobre el pedigrí de bajo perfil de algunas personas que "ahora" son importantes o famosas. Porque la apariencia es muy importante. La imagen, el aura, la importancia,  la personalidad heredada, el saber estar, la genealogía y el  abolengo, por mucha democracia que otros pretenda hacer tragar al pueblo, todavía existe, pese a quien pese.  

 Alguien  dijo que un juez sin toga o un general sin su uniforme, ambos en ropa interior, son meros individuos del montón igual que el hortelano que riega el huerto o el hombre que asa espetos en un chiringuito de la playa. Muy bien, pero no es igual llamarse Capón que Caponette.


Así funciona la vida, todos desean olvidar un origen triste y pobre, todos aman pertenecer a una rama hermosa de un árbol prestigioso familiar.

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