sábado, 26 de septiembre de 2020

A modo de ensayo

 ¿Por qué el español no va al trabajo en bicicleta?


Los países europeos con más bicicletas por habitante son Bélgica, Suiza, Finlandia, Noruega, Suecia y Alemania. España está entre los últimos lugares europeos en este peculiar ranking. Y tiene su explicación.

La actual clase media trabajadora española de obreros, empleados y profesionales de bajo nivel está formada por hijos y nietos de aquellas personas que nacieron y fueron educados durante el período de escasez de la posguerra donde el 70% de los españoles eran pobres, unos más que otros. Algo que en la consciencia colectiva del pueblo todavía no se ha olvidado aunque la mayoría de estos pretenden ignorar intentando vivir como auténtico burgueses. Van a trabajar cada uno en su coche, desayunan en la cafetería cerca de la oficina y viven un tipo de vida muy diferente a los empleados y obreros de esos seis países europeos que tanto aman la bicicleta. 

Recordamos que desde el año 1939 hasta mediados del año 1965 el nivel de vida de los profesionales de grado medio, de los empleados y de los obreros era muy bajo, extremadamente miserable. Un maestro de escuela, un practicante (hoy ATS) o un mero policía pasaba hambre física a causa de sus bajísimos salarios. ¿Cómo inculcar a sus hijos o a sus nietos que dejen el coche en casa y cojan la bicicleta para ir a trabajar al instituto, al ayuntamiento o a la obra?


En pleno siglo XXI los ecologista y las autoridades desnortadas quieren hacer ver a los españoles que hagan como sus colegas de Bélgica o Finlandia, que vestido con traje de ejecutivo montan en bicicletas para llegar a sus lugares de trabajo.


El coche es el eslabón , afortunadamente cortado, que unía a la miseria del pasado con el bienestar del presente (antes de la pandemia, se entiende) y nadie ni nada  hará que un profesor de universidad o un mecánico use una triste, vulgar y paria bicicleta en vez de un coche de alta gama, porque eso sí, hasta los  españoles más pobres gustan comprar coches usados con tal que sea una marca muy reconocida y señera. Seamos sinceros, en España ha costado dos generaciones para pasar de una sociedad de jornaleros y destripaterrones que montaba en burros y caminaban en alpargatas a tener un gran coche, nuevo o viejo, un teléfono móvil de última generación y unos euros para la cerveza del mediodía. ¿Las bicicletas? Solo para pasear por el campo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario