miércoles, 27 de septiembre de 2017

Democracia ¿un término desacralizado?

Democracia  ¿un término desacralizado?

La palabra democracia se ha podrido de tanto mal usarla por unos, políticos y sayones de tres al cuarto, y por otros, pueblo llano ignaro, imitador y seguidor de gurús subnormales.

Eso sí, la plebe sabe que democracia significa el gobierno del pueblo ¡pobres ilusos!

En el siglo IV antes de nuestra era ya se conocía el significado de democracia en Atenas por un pueblo que se reunía en asamblea para decidir qué hacer en determinados momentos; votaban todos excepto los esclavos que eran mayoría. Con el tiempo estas asambleas de ciudadanos libres fueron sustituidas por representantes o diputados, ahí está el fallo. Si estos representantes eran honestos, miel sobre hojuelas, pero si eran unos sinvergüenzas corruptos los votos delegados cambiaban a cambio de oro y prebendas.

¿Por qué a los filósofos griegos no gustaban la democracia? Sócrates, Platón y Aristóteles criticaban la democracia como una forma corrupta e ineficiente de gobierno. Según ellos un dirigente debía ser ante todo un sabio y después un hombre rico. Lo primero era para saber con determinación que política  seguir ante una crisis y los segundo era que el gobernante debía ser muy rico para no dejarse corromper por una bolsa de monedas. Estos tres filósofos y otros más creían que lo ideal sería una oligarquía que al degenerarse se convertiría en una democracia y ésta en una tiranía.

 La República de Roma nunca fue una democracia aunque sí existía un débil equilibrio de poder entre los ricos patricios (una minoría de ciudadanos) y una gran plebe empobrecida.

En la actualidad ningún país europeo disfruta de una auténtica democracia. Lo que sí hay son países pocos corruptos que machacan a sus ciudadanos con altísimos impuestos y países muy corruptos y laxos donde una parte de sus ciudadanos pagan los impuestos que quieren y donde otra parte de estos, escurren el bulto y se tocan los güitos más de la cuenta.

El caso de España es diferente, como dijo no se quien, nuestro país vive un perenne cachondeo (vocablo que odio por su ordinariez). No vivimos en democracia ni en dictadura ni menos aún en una monarquía absoluta, vivimos... como podemos. Como me dijo una vez un paisano: "Nuestro país es como un saco de caracoles, cada cual saca sus cuernos por donde puede"

Hay ciudadanos que sin leer nuestra Constitución se creen todo lo que les conviene creer. Se le pide al Estado lo imposible creándose verdaderos momentos esperpéntico como podemos leer en la prensa, argumentos para películas surrealistas tipo Buñuel. No copiamos ninguno para no herir la sensibilidad de mentes mamonas, insensibles y oportunistas.

Vemos asombrados, en ara de la democracia, que hay un intento de crear reinos o republiquillas de taifas en nuestra patria; sin lugar a duda es un síntoma de un gobierno central débil, pero la plebe de esas regiones, empujada por agitadores y charlatanes sigue a los líderes.  Tras estos payasos peligrosos saldrán otros gaznápiros exigiendo crear su principado independiente hispano. ¡Un sueño propio de mequetrefes!

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