jueves, 24 de noviembre de 2016

Una excursión popular

La Malahá y el "santo" momificado

Viviendo yo en Granada supe de la existencia de una momia que se adoraba en un pueblo cercano como si fuera un santo, cosa que la Iglesia nunca aceptó.
Uno de esos días de primavera, que en mi tiempo libre montaba la moto para rebobinar mi mente y practicar mi deporte favorito, me acerqué a La Malá ( después rebautizado como La Malahá) para intentar ver al susodicho santo. En un café esquinero me informaron donde estaba la casona donde guardaban a  San Vicente. También me indicaron que frente a la casa solariega, cerrada, vivía una mujer que era la cuidadora del lugar y que preguntara por ella. Tras tomar un café caliente y una copita de anís, arranqué la moto y tras dos acelerones llegué al lugar indicado. Una señora muy amable me dijo que ella me abriría la puerta de la casona para enseñarme el "santo" nombre como era conocido popularmente en el pueblo.
Cruzamos la calle, abrió el portón y a la izquierda del zaguán abrió otra puerta donde de pronto, de sopetón pude ver, a la luz del sol que se reflejaba contra las baldosas del suelo, un altar donde había una urna de cristal y dentro un muñeco grande vestido de un supuesto traje de soldado romano. Digo un muñeco porque la momia estaba recubierta de una piel de cera, posiblemente para disimular la fealdad cadavérica.
Me enteré después que el mencionado santo era una reliquia de un supuesto santo romano que la Iglesia oficial del siglo XVII regaló al rico hacendado, propiedad de la casona y de grandes fincas, por haber contribuido éste con una generosa limosna a la construcción de la Plaza de San Pedro del Vaticano. Y como entonces estaba de moda que todas las casas ricas tuviesen capillas, incluso con reliquias religiosas, estos señores terratenientes de Granada o de La Malahá pudieron presumir de tener todo un cuerpo entero: el "santo de La Malá" o el san Vicente de La Malahá.
 A finales del siglo XIX el obispado de Granada quiso llevarse esta momia porque dudaba de su santidad, de hecho nunca reconocieron como santa esta reliquia, pero la gente del pueblo se opusieron con gritos y estacas. Allí la dejaron para "regocijo" del pueblo.
Me dicen que la casona fue derribada pero que respetaron la capillita del santo y todavía se puede ver tal curiosidad. 

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