miércoles, 26 de octubre de 2016

Un libro en mi biblioteca

Nada (1944)

Carmen Laforet

Mi biblioteca personal cuenta con más de 400 títulos diferentes de Novelas Españolas. Después de la guerra civil la novela resurgió tímidamente con Nada, de Laforet con La familia de Pascual Duarte, de Cela y con El camino, de Delibes.

Andrea, el personaje principal de la novela y que puede ser, en parte, la misma  escritora nos narra:

"Era la primera vez que viajaba sola, pero no estaba asustada; por el contrario, me parecía una aventura agradable y excitante aquella profunda libertad en la noche.

Llegué a Barcelona, a la gran estación de Francia. El olor especial, el gran rumor de la gente, las luces siempre tristes, tenía para mí un gran encanto, ya que envolvía todas mis impresiones en la maravilla de haber llegado por fin a una ciudad grande, adorada en mis ensueños por desconocida.

Llegué al piso de mi abuela. Había algo angustioso allí, un calor sofocante como si el aire estuviera estancado y podrido. Al levantar los ojos vi que habían aparecido varias mujeres fantasmales. Casi sentí erizarse mi piel al vislumbrar a una de ella, vestida con un traje negro  que tenía trazas de camisón de dormir.

El hambre en la década de los 40 se extendía por toda España.
Yo estudiaba y vivía con mis tías y la abuela. Notaba una visión desenfocada de mis nervios demasiado afilados por el hambre que a fuerza de ser crónica llegué casi a no sentirla. 

De espaldas al mar contemplábamos la ciudad ¡Barcelona! Tan soberbia y tan rica y sin embargo ¡qué dura llega a ser la vida ahí!
Una de las pocas cosas de mi época de estudiante era que yo estaba capacitada para entender la miseria en cualquier aspecto que se presentase.

La primera vez que me besó un hombre comprendí que hay algunos que solo sirven para sementales y junto a una mujer no entiende otra actitud que ésta. Su cerebro y su corazón no llegan a más.

Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, otros para mirar la vida. Yo tenía un pequeño y ruin papel de espectadora. Imposible salirme de él. Imposible libertarme.  





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