domingo, 28 de julio de 2019

Una bonita excursión en motocicleta

Una bonita excursión en moto que realicé en 1988 por la frontera de los Reinos de Granada y Jaén.

Repaso mis cuadernos de viajes y encuentro éste donde expliqué e ilustré con fotografías un viaje que hice en moto hacia la frontera noroeste del antiguo reino nazarí de Granada con el cristiano  del de Jaén, separado geográficamente por el río Zumeta.

"Siempre me llamó la atención el pasillo histórico entre los moros y cristianos antes de la caída de Granada.
La carretera que tomé (en el año 1988 no estaba la autovía construída) estaba muy transitada y era peligrosa. Crucé por el pueblo de Huétor-Santillán que según el diccionario Madoz tenía en el siglo XIX  813 habitantes y 30.000 cabras. Subiendo el Puerto de la Mora, esa mañana del día de 14 de abril, el frío se apoderó de mi cuerpo. Finos hilos de aires se colaban por los intersticios de la visera de mi casco integral. Las rodillas no las sentía. Cuando pasé por la Venta del Molinillo me encontraba en estado de pre-congelación. No exageraba, hasta que por fin paré en un ventorro junto al pueblo de Diezma. Bajé entumecido de la moto y pedí dos cafés calientes y una copa de anís. Los cafés me lo sirvieron templados y sabían a paja tostada. El aguardiente sí estaba bueno, era del Mono.
Proseguí hacia Purullena, no paré allí pero recordé que por aquel lugar había una yacimiento arqueológico del Bronce II.
Guadix está a 57 kms. de Granada por una carretera saturada de tráfico, de doble sentido y con pocas rectas para poder poner  la sexta velocidad a mi Derbi Karmathan 125 cc y conseguir alcanzar los 120 km/h 
Seguí la excursión hacia Baza que la vislumbré junto a la famosa Hoya o Vega continué hasta parar en Galera, hacer unas fotos y rememorar que en este lugar, en su fortaleza, hubo una sangrienta hecatombe cuando don Juan de Austria la tomó en 1570, en la época de la sublevación de los moriscos, y ordenó degollar a todo habitante mayor de doce años de edad. 
Desde Galera me dirijo a Huéscar, pasando por el pueblo sin parar hasta mi primera meta para poder comer, dormir, fotografiar y pasear: La Puebla de Don Fadrique. Un hermoso pueblo semi abandonado por la emigración, con bellas casas y una magnífica iglesia.
A la mañana siguiente, muy temprano, tras llenar el enorme depósito de mi máquina partí, tomando la carreterita de montaña, hacia Santiago de la Espada pasando antes sobre el puente del río Zumeta: la frontera natural entre aquellos dos reinos tan diferentes. Me llamó la atención la belleza del trayecto donde no vi a nadie en los 40 km de recorrido.

En Santiago descansé, hice mis fotos de recuerdo y proseguí mi ruta hacia Pontones ya que mi intención era tomar una pista forestal que desde allí llega a los Campos de Perea, Navas de Paulo y  salir cercano a la Serrería de Vadillo, en la Sierra de Cazorla. Me aconsejaron que era un largo y peligroso recorrido para hacerlo solo. Decidí tomar la ruta B, desde Pontones hasta Hornos de Segura, un trayecto que transcurría por una preciosa carretera serrana rodeada de altos pinos. En Hornos comí en un pequeño restaurante, descansé, hice mis consabidas fotos y proseguí hacia el pantano del Tranco tomando el desvío de la carretera que desde el Puente de los Agustines sube a la Sierra de las Villas por la famosa y empinada carreterita de montaña, la Cuesta de los Agustines,"sembrada" aquel día por piñas recién caídas, que cubrían casi todo el asfalto, un peligro mortal para cualquier motorista. Paré en el mirador y continué hacia el precioso paraje de la Cueva del Peinero donde algo más lejos, se encontraba el bello pantano de Guarondo o del Aguacebas.
Este lugar es delicioso, un sitio para hacer fotos, el ideal de cualquier amante de este gratificante arte. Salí de la zona del pantano y circulé por la carretera que baja a Santo Tomé para, a mitad del trayecto, desviarme y tomar la pista forestal que pasando por el Coto de San Antón baja al pueblo de Chilluévar.
Descansé un día en dicho pueblo y volví a Granada por mi carretera habitual: Chilluévar, Peal de Becerro, Jódar, Guadahortuna, Iznalloz y Granada. 
Una bella excursión en motocicleta, una aventura de varios centenares de kilómetros donde disfruté mucho, principalmente pilotando mi briosa y ruidosa moto, además de contemplar los bellos lugares por los que pasé. Un recuerdo inolvidable." 

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