jueves, 25 de enero de 2018

Cine de ayer

Interiores (1978)

Director: Woody Allen 

El cine actual de Woody Allen se basa más en la comedia que en el cine "serio" como fue esta película, su primer drama.
Geraldine Page hace un papel sublime, el de una esposa esquizoide, abandonada por su marido e ignorada en su dolor por sus tres hijas adultas y egoístas. 
Sabemos que Woody Allen es un seguidor del cine de Bergman ¿quién no? así como de otros directores  europeo, entre ellos el genial Buñuel. 
Lo que más me impactó de esta genial película, de esta obra de arte, es la forzada tranquilidad que pretende tener la mujer repudiada por su esposo y en cierto modo por sus hijas.Una señora sesentona, exquisita, muy educada, de clase media alta, que de pronto se ve aislada del mundo, cuando su marido la abandona, y entonces ella se encierra en "su" mundo que es el de la belleza, el de las  formas armónicas y el color: en la decoración de interiores. Parece que la dama va superando la crisis poco a poco cuando un día aparece su ex-marido con una mujer cincuentona, vulgar, alegre y mal educada, que sería su nueva esposa. ¿Qué hice mal con mi marido? -parece preguntarse la señora cuando ve a la mujeruca gastando bromas a su ex. Posiblemente, se contesta con dolor, fue esa amor que yo tenía por todo lo bello que nos rodeaba: la educación estricta de las niñas, el orden absoluto en el hogar, la corrección en el trato hombre-mujer, esposo-esposa o en nuestra relación social con los amigos de la alta sociedad neoyorquina.
Las tres hijas adultas representan el poema de la vida, cada cual es quien es  a pesar de la mucha o equivocada educación que recibieron en su infancia y en su juventud.
 Una hija dice ser poeta y vive en un constante  estado de hibernación intelectual, muy angustiada por la muerte. Otra hija es actriz de cine, serie B,  y cree que su forma de vida es la más perfecta. Y por último, la mayor, que es una escritora de éxito, inteligente y sagaz que se da cuenta del desastre de su familia.

El cine serio de Allen es muy reflexivo y crítico. Aquí nos muestra las señas de identidad de una familia burguesa de clase alta, que en el fondo puede ser tan miserable como una familia del lumpen, de esa que habita el extrarradio de cualquier gran ciudad. Así se vive, parece decirnos W. Allen, en los Estados Unidos o en cualquier país europeo desarrollado.Todo es un puro teatro, una pura ficción.

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