viernes, 29 de noviembre de 2019

Como era España según el cine

Como era España según el cine

La historia de un pueblo, de una nación, se puede contar a través de las novelas y también de películas rodadas en una época determinada. 
Ponemos por ejemplo seis películas españoles producidas entre los años 1951 y 1963 que si nos fijamos bien en las escenas, en el ambiente, en el decorado y en la forma de pensar de sus protagonistas nos reflejan como éramos, más o menos, los españoles hace unas décadas. 

Surcos (1951) 
Una familia campesina emigra a Madrid huyendo del hambre de su pueblo. Pero Madrid no era el paraíso imaginado, todos viven hacinados en una habitación realquilada en una corrala de vecinos. El cabeza de familia se coloca en una fundición pero no aguanta el ritmo de trabajo y pierde el empleo. Una de las hijas trabaja de criada con una cabaretera y se inicia en el lujo y la buena vida a través de su cuerpo. Un hijo se hace miembro de  una banda de ladrones que trabaja para un estraperlista. Una calamidad de familia. 

Bienvenido Mr. Marshall (1952)
El complejo de inferioridad y el afán limosneador de algunos españoles se refleja en esta película cuando se enteran que una delegación norteamericana visitará el pueblo para dar y regalar de todo. La gente sencilla del pueblo hace una lista con las necesidades de cada vecino. Ensayan el recibimiento, pero la comitiva pasa de largo hacia otro lugar y todos se quedan desilusionados. 

Calle Mayor (1956)
Juan es un chico de capital recién trasladado a un banco de un ciudad de provincia. Allí la vida es aburrida, se integra en una pandilla de ociosos y gamberros que se dedican a hacer bromas pesadas a los vecinos. Por la Calle Mayor se pasean la gente del pueblo "hacia arriba y hacia abajo" de esta calle principal. Se saludan y los mozos lanzan miradas pícaras a las mozas. La pandilla de gamberros apuesta a que Juan no es capaz de conquistar a una mujer, una solterona de 35 años, que pasea con su madre, todos los días a la salida de misa. Juan la conquista y el juego consistía que cuando todo estuviera listo para la boda dejarla plantada. Otra broma pesada más. Pero la cosa se tuerce...

El pisito (1959)
Una pareja de novios que lleva años de relación no puede casarse porque no tienen dinero para dar una entrada para poder comprar un piso. También escasea el alquiler. Deciden que la patrona que tiene alquilada una habitación al novio es la indicada para facilitarle un alquiler barato de renta antigua. Antes, Rodolfo tiene que casarse con la anciana moribunda para legalizar los papeles y poder disfrutar de la renta antigua del piso. También Rodolfo tiene que esperar a que su anciana esposa se muera para quedar viudo y poder casarse con su novia de siempre. Entonces surgen las complicaciones. 

Plácido (1961)
Unas beatas burguesas se inventan en la Navidad un evento que consiste en hacer caridad sobre algunos mendigos bajo el lema "Siente un pobre a su mesa" para llevar a un desgraciado a cenar en Nochebuena, a mesa y mantel, con los señores de la casa. Todo se complica para un benefactor cuando a un pobre le da una angina de pecho y está a punto de morir allí, en su hogar, en una noche tan señalada.

El verdugo (1963)
José Luis, empleado en una empresa de pompas fúnebres le hace una barriga a la novia y tiene que casarse a prisa y corriendo. Pero no tiene casa, para esto el suegro que es un verdugo especializado en el garrote vil, se va a jubilar y decide que si José Luis se hace funcionario puede optar a un piso oficial. El hombre siente pavor por la "profesión" pero se relaja cuando el suegro le garantiza que ya casi no se ejecuta a nadie en España. Hasta que  llegó un telegrama ordenándole presentarse para efectuar una ejecución. 


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