sábado, 29 de agosto de 2015

EDITORIAL DEL BLOG

Estupidez y Política 

Con el nuevo curso político español, que suele reactivarse en este mes de septiembre, suplicamos a nuestros dirigentes que no caigan en El poder de la estupidez como titula el sociólogo G. Livraghi en su último libro.

"El poder está en todas partes. Todos estamos sujetos al poder de otra u otras personas. En la vida política se vende la idea de que deberíamos existir el menor poder posible, es lo que llamamos democracia. Pero desafortunadamente hay tantas personas estúpidas en la Política como en el resto de la sociedad. Nos contentaríamos que la mayoría de los gobiernos de todos los países estuvieran formados por una mitad de estúpidos junto con otra mitad de inteligentes. Pero por desgracia, los primeros abundan más"

"A veces nos preguntamos cuando vemos a un lerdo en un puesto de decisión política que cómo obtuvo ese poder. Muy sencillo, hay personas que gozan de la confianza de otras por la mera razón que un tercero ha expresado su confianza en ellos. El Poder es como una droga adictiva que puede afectar tanto a un hombrecillo disfrazado con un uniforme que a un dictador o a un jefe de Estado sin olvidar el poder del magnate empresarial.
Pero lo peor de esa estupidez del poder es que también genera una cohorte de aduladores, seguidores, tiralevitas y pedigüeños que intentan introducirse en su entorno"

"Se supone que la humanidad necesita líderes para funcionar con un cierto orden, por lo tanto debemos vivir bajo el Poder (nunca bajo la opresión) pero esto no significa que debamos aceptar, tolerar o soportar la arrogancia de los poderosos ni dejarnos engañar con demasiada facilidad por los gestos, palabras, promesas y declaraciones de intenciones de aquellos políticos teñidos de progresistas o  de conservadores."

Desde este Editorial del Blog tenemos la certeza, y así lo deseamos, que los recientes episodios en nuestra patria de robos cometidos por  algunos políticos corruptos, de derroches, de amiguismo y de otras barbaridades han quedado ya como tristes anécdotas del pasado  y todos esperamos que dentro de unos meses, tras las próximas elecciones generales, los que ocupen el Poder sean honestos y respetuoso con el pueblo.
Aunque siempre guardaremos un recelo al Poder ejercido por estúpidos. Como dice el profesor de la Universidad de Berkeley Carlo M. Cipolla el número de estúpidos que hay en todas las sociedades  y categorías humanas es enorme y recalca este profesor  que la conducta estúpida de un poderoso es más peligrosa que la de cualquier malvado. (The Basic Laws of Human Stupidity).

Repetimos, este mes comienza la vorágine política española con elecciones, referéndum, intentos secesionistas, protestas. Todo lo soportaremos excepto la estupidez de algunos de nuestros políticos. 

jueves, 27 de agosto de 2015

UN LIBRO DE MI BIBLIOTECA

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

"Hundraarigen som klev ut genom föustret och försvann"

Autor: Jonas Jonasson 

" Allan Karlsson había huído de su fiesta de cumpleaños y eso era también raro para su edad: 100 años.
Volvió la cabeza y echó un último vistazo a la residencia de ancianos, que hasta hacía poco había considerado su última morada en la tierra, y se dijo que eso de morir bien podía hacerlo en otro momento y en otro lugar"

"En la estación de autobuses Allan miró el autobús que se marchaba y a la maleta que un jovenzuelo le dejó a su cuidado mientras iba al lavabo. Y entonces se sorprendió tomando lo que se podrían calificar como una decisión que le cambiaría su vida: robó la maleta del muchacho y subió al autobús hacia Byringe"

"Allen y la maleta se apearon en la abandonada estación de ferrocarril de Byringe de donde salió un hombre de unos setenta años de edad y le preguntó: ¿Quién eres y qué haces en mi estación? 
Allen  contestó y le dijo que acababa de cumplir cien años ese mismo día, que se había escapado del asilo y que había robado esa maleta. ¡Conque un ladrón! dijo el setentón cómicamente alarmado. ¡Ojo, un ladrón centenario! puntualizó Allen muy serio.
Julius, el dueño de la destartalada estación de tren, invitó a Allen a descansar y le dijo que lo mejor sería abrir la maleta. Ambos se asombraron cuando vieron y comprobaron que contenían cincuenta millones de coronas"

"El abuelo centenario pidió permiso al setentón para subir al baño y hacer un pipí. Cuando Allen bajó la escalera vio como un joven maltratataba a Julius y le gritaba qué donde estaba su maleta. Allen, sin hacer ruido, cogió una gruesa estaca y le dió un fuerte golpe en la nuca al jovenzuelo que lo dejó tendido en el suelo. Entre los dos arrastraron al macarra a un cuarto frigorífico y lo encerraron temiendo las represalias del muchacho para cuando despertara.
Los dos ancianos comieron con ganas, bebieron y se olvidaron del chico encerrado en el frigorífico. Cuando ambos se despertaron, a la mañana siguiente, vieron para su sorpresa que el joven estaba congelado, tieso y escarchado"

"La policía buscaba al anciano escapado y el jefe de la banda de traficantes de drogas buscaba a su correo, al chico de la maleta, que había extraviado 50 millones.
Los dos ancianos decidieron escapar. Con pasos cansinos caminaron junto a la carretera arrastrando la maleta con ruedas, hasta que llegaron a un puesto de salchichas en mitad de la nada. Benny era su propietario. Tenía unos cuarenta y tantos años y cara de poco espabilado y según el salchichero tenía casi por terminar ocho carreras universitarias. Se consideraba casi un veterinario, casi un economista, caso un físico, casi un artista, casi... de todo pero en realidad no era nada.
¿Es tu coche?- le preguntó Julius  señalando a un viejo Mercedes. Te lo compramos y a ti te contratamos de chófer, ganarás mucho más que con tus salchichas."

"Los dos ancianos le contaron a Benny que tenían una fortuna en la maleta, que habían matado a un joven delincuente y que huían de la policía y de la mafia. Benny no le dio demasiado importancia a la situación y los tres decidieron ir hacia al sur del país. Arrancó el coche, abandonando el puesto de salchicha y se fueron todos a otro lugar. Allen se quedó dormido nada más arrancar el vehículo, Julius comía una chocolatina y Benny se puso a canturrear mientras conducía"

martes, 25 de agosto de 2015

CINE DE AYER

Europa (1991)

Director: Lars von Trier

Este director de cine danés aparte de ser inteligente es algo pesimista con esa visión negra que tiene de la vida, o sea, de Europa.

El argumento de la película es algo complejo: Un americano de origen alemán viaja a Alemania recién terminada la guerra, en 1945, y se encuentra con un país desolado y triste. Su deseo es trabajar en los ferrocarriles para ayudar con su labor a reconstruir el país. El joven Leopold es un idealista pero sin afiliación política, que todavía cree que tras el conflicto la justicia y la igualdad hará vivir en paz a los alemanes. Es un ser puro que rechaza la violencia y la imposición y todavía cree que la maldad humana ya desapareció.
No quiere saber que el período de cualquier posguerra es aún peor que la propia guerra. En Alemania la guerra no acabó en 1945 porque subyace otras guerras secretas entre los supervivientes: la del hambre y la del odio.
 Leopold comprueba que los aliados, principalmente los americanos, campan por sus anchas en un país devastado, que se dedican la mayoría de ellos al trapicheo, al contrabando de alimentos, tabaco y medicamentos a cambios de favores sexuales o de colaboración en delaciones y chivatazos.
En esta película von Triers nos muestra como los ingenuos, los nobles de corazón son utilizados convirtiéndose en tontos útiles en manos de desaprensivos postnazis terroristas, los verwolf, contra las fuerzas de ocupación y contra los colaboradores germanos de estos.

El film está lleno de alegorías. Cuando la hija de la red de ferrocarriles privados Centropa seduce a este americano, futuro revisor de coche cama, para después utilizarlo como esclavo de los verwolf. Una de las escenas más impactante es a bordo de un tren, cuando le dicen que pase desde su vagón habitual, coche cama, lo mejor del convoy hasta el vagón de cola para un asunto importante. Pasa por coches donde nunca estuvo antes, la gente apiñada como ganado, muchas de ellas viajaban de pie por falta de un espacio donde sentarse, pasa por otro vagón donde gente famélica con trajes de rayas se recuestan en literas de tablones... todo una alegoría de la sociedad pasada ¿y presente?

Una voz en off narra parte de la película como si fuera una sesión con un psiquiatra.

Antes de concluir esta reseña una escena impactante: dos niños de 12 y 10 años suben a bordo del tren recomendado por un amigo de la familia de Centropa, el revisor, Leopold, se hace cargo de ellos y lo sienta en el compartimento de un matrimonio mayor judío que regresa a su país desde Inglaterra. Este matrimonio da chocolatina a los niños, los mimas y los cuidan hasta que el chico de 12 años saca un revólver debajo de sus ropas y mata a la pareja judía. Todo muy simbólico y muy cruel.

En definitiva una película algo surrealista pero con un trasfondo muy serio dentro de una alta calidad de cine: esas mezclas de fotogramas en blanco y negro con otros de color; esa música adecuada para cada escena y esos planos y contraplanos que tanto gustan a este director. Un film excelente, sin lugar a duda.