viernes, 30 de marzo de 2018

El editorial del blog

Occidente se desintegra

Cualquier observador medio de la vida que llevamos, más a salto de mata que de  una manera armónica, se da cuenta que los cimientos de nuestra Civilización Occidental están minados por fatales humedades corrosivas.
La historia sí se repite, pero, como es lógico, con variantes de espacio y de tiempo. Y no es un tópico, ya que vemos que lo que antes pasó con el Imperio Romano, la cumbre de nuestra civilización, está sucediendo en la actualidad.

Leo y copio de algún lugar:

"Causas de la caída y destrucción del Imperio Romano.
Todavía se cree que un país se mantiene en pie gracias a su poder económico sin contar con los valores morales que marcan las características de dicho país. Los dirigentes de cada país son los arquetipos que el pueblo llano, la chusma, la masa, tiende a imitar. Dirigentes corruptos e inmorales crean una masa corrupta e inmoral. 
La caída del I.R. fue a causa de muchos factores, de los que destacamos algunos. En sus últimos años el I.R. cayó en una inmoralidad latente entre las clases altas, entre la nobleza, los magnates y los propios emperadores. Tiberio mantenía un harem de muchachos para sus juegos eróticos. Nerón disfrutaba del incesto e incluso tomó por esposa a un esclavo castrado. Heliogábalo forzó a una virgen vestal para contraer matrimonio además de otras perversiones no aptas para ser explicadas. El pueblo, la plebe, seguía torpemente los ejemplos amorales de sus dirigentes convirtiéndose en una caterva de desalmados, de inmorales y de parásitos sensuales. Fue imposible hacerles volver a la normalidad. Si es tu gusto, eres libre de hacerlo, decían esa gentuza.
Otra causa de la desintegración del I.R. fue el alto índice de corrupción política y de la guardia pretoriana: esa gente que controlaba la inteligencia e incluso a veces hasta a los emperadores, que nos hace recordar al KGB de aquel país poderoso o de la CIA de ese otro.
Otro escalón insalvable en los últimos años del I.R. fue el alto grado de desempleo debido a un excedente de mano de obra esclava (¿los inmigrantes ilegales de hoy en Europa o USA?) que motivó que los trabajadores romanos no encontraran trabajo y por consiguiente fueron para el Estado un gasto enorme en pagas de desempleo, la socorrida esportula, y en juegos de gladiadores gratis para entretener a la masa para que no se rebelaran contra el gobierno. El consabido pane et circus.
Con el tiempo se dieron cuenta que una parte del presupuesto estatal se lo llevaba una extensa caterva de funcionarios y de soldados, era una sangría imposible de controlar ya que el nepotismo era una práctica habitual.
La entrada de extranjeros en el I.R., los que llamaron bárbaros, fue un proceso lento en sus inicios. Godos y vándalos que vivían cerca de las fronteras del I.R. aspiraban a la buena calidad de vida de los romanos, se colaron poco a poco cruzando sus fronteras, primero de una forma pacífica y servil para formar con el paso de los años una quintacolumna de bárbaros romanizados que ayudaron después a las hordas armadas de sus congéneres para saquear Roma en dos oleadas; en el año 410 y en el año 455. Hasta que por fin toda la cultura y la civilización romana desapareció al poco tiempo".

Moraleja: A buen entendedor pocas palabras bastan. 


miércoles, 28 de marzo de 2018

Una reflexión

Desmontando el mito del Ranking de los Seis Países más felices de Europa.

La felicidad es un estado de ánimo difícil de ponderar. Un habitante medio de España o Italia es mucho más feliz que otro similar viviendo en Noruega o en Finlandia. No vale estadística alguna ni gráficos ajustados.
 Un albañil noruego vive mucho peor que su colega de Sevilla. ¿Por qué? Porque el coste de la vida en Noruega es tan alto que el salario medio de cualquier ciudadano que no sea un ejecutivo no le llegaría a fin de mes, además es infeliz  porque tiene un clima tan feo, gris y triste que influye en su carácter, también es un desgraciado porque las perspectivas de mejorar su situación laboral está muy limitada y reglada. ¿Felicidad? Ni por asomo.

Demostramos lo anteriormente expuesto.
El índice de suicidios en Islandia es de 13'6 por cada 100.000 habitantes mientras que en España es de 8'2  considerando que una parte de este porcentaje son de expatriados (latinos y asiáticos)  mayormente.

En Suiza el salario medio es de 6.086 euros al mes mientras que en Italia es de 1.646 euros mensuales. ¿Son más felices los suizos que los italianos por esta diferencia salarial? Pues no, el índice de suicidios de los suizos es del 12'5 por cien mil mientras que el de los italianos es del 7'1 Pero ¿por qué se suicidan los suizos que tanto ganan al mes? Porque no son felices, así de sencillo.

Esto del Ranking es una falacia, nos engañas con estadísticas tendenciosas. La auténtica felicidad no es ganar mucho dinero, jamás, un tío que trabaja en una plataforma petrolífera en el Mar del Norte gana al mes casi 200 mil euros; es un desgraciado con un  alto salario expuesto constantemente al frío, al viento y a la nieve que le embrutece por  estar aislado y realizar un horrible y pesado trabajo. La mayoría de ellos se jubilan, antes de tiempo, alcoholizados o idiotizados.

Hay un programa muy interesante en la televisión titulado "Españoles por el Mundo". Los personajes son españoles que viven y trabajan en otros países. Unos emigrantes que se buscan la vida allá donde la encuentra. Casi todos los españoles que viven en países con clima extremos: mucho calor y humedad o mucho frío y cielo nublado, dicen que lo que más extraña de España es el clima, indistintamente tengan un trabajo más o menos remunerado. Y la queja más unánime de todos es la carestía de vida y los altos impuestos que tienen que abonar al Estado, a veces la mitad de su salario.
 Un español que trabajaba como conductor de un autobús urbano en Dinamarca contaba que tenía que trabajar además en otro lugar, más el salario que aportaba su mujer, para poder vivir de alquiler, con cierta dignidad, en el extrarradio, en una casa de madera, como son todas las casas familiares de aquel país. Sin embargo en España un conductor de un autobús de Madrid o Sevilla, que lleve trabajando unos años en la empresa, tiene un piso en propiedad, un coche, una casa en el pueblo acondicionada para recreo  e incluso se va de vacaciones por dos semanas a la playa. ¿Quién es más feliz? 

Señalamos los seis países "super-felices" para desmontar lo que desean mostrar: una gran mentira.

País                            Descuento sobre                 Indice de suicidios
                                   salario mensual                  por cada 100.000
Noruega                           25%                              11'9
Dinamarca                       36'2%                           14'6
Islandia                             28'9%                           13'6
Suiza                                 29'5%                           12'5
Finlandia                           30'8%                           21'6
Países Bajos                      40%                              20'6

Se dijo anteriormente que el descuento mensual era casi la mitad de lo que se cobraba. Hay que añadir a estos descuentos oficiales el costo del seguro médico obligatorio privado que supone, por lo general un 20% del salario cobrado, dependiendo de número de hijos y del país residente.

Conclusión: Donde se oye música no siempre hay una fiesta. El índice de suicidios en estos países es alarmante porque sus habitantes están muy estresados, viven mal en su mayoría y no pueden dejar de trabajar ni hasta después de la jubilación ya que muchos jubilados se colocan de limpiadores de hospitales para poder vivir... en sus países felices.  




                             

Un cuento para leer en Primavera

Caridad, la Bailaora

¡Qué sabrá esta gente lo que es luchar en la vida! -exclamó Caridad Retuerta, natural de Sanlúcar de Barrameda, al tiempo que apagaba el televisor donde acababa de ver a unos tertulianos diciendo memeces sobre el sentido de la vida.
Hostal La Bailaora, en la Plaza de Las Canas de Sevilla, se inauguró a finales de los años 60 del pasado siglo, cuando Caridad, la propietaria, ya era muy mayor para seguir pendondeando a causa de su edad y tener más arruga en el cuello y en sus pechos que el acordeón del mendigo que toca junto a la catedral. 
 Cuando llegó el joven periodista y el cámara para la entrevista  Caridad comenzó como todas. "No se como empezar" - dijo una pintarrajeada ex-bailaora al entrevistador de una televisión local. 

"Mi madre -inició su relato la Bailaora- era una sirvienta de un señorito muy guapo de Sanlúcar y como era costumbre en la posguerra civil entre esos prepotentes, todos tenían derecho a pernada ¿se dice así? con todas sus sirvientas en edad de merecer. Mi madre, la pobrecita, quedó preñada de don Rafael, que así se llamaba el cabrón de mi padre, pero como la miraba bien le buscó por marido a un gañán al que le dio el derecho a cultivar para su provecho, una parcelita a la espalda del cortijo. Allí nos criamos entre mi consentido padre putativo, mi madre que había engordado una barbaridad y yo que cada año que pasaba me parecía más a mi padre. Era espigada y elegante quizá estos atributos movieron a piedad a mi padre verdadero, don Rafael, que me metió en un internado en Sevilla para que estudiara y me hiciera una señorita.  Yo no servía para estudiar,  lo que me gustaba era el cachondeo, yo prefería unas palmas y un taconeo, un sorbito de vino y unas aceitunas de Dos Hermanas antes que saber quienes fueron Juan Ramón Jiménez o Bécquer.
Total que mi madre me sacó del internado y me colocó en una tienda muy fina, una mercería de la calle Sierpes. Yo iba muy arregladita al trabajo, a los diecisiete años mi cuerpo era hermoso y garboso a tal extremo que un día, llevando trabajando como dependienta menos de una año, un empresario de espectáculos flamencos se fijó en mí y consiguió un permiso por escrito de mi madre para trabajar primero como palmera y después de bailaora  en su espectáculo "Olé y Olé" Tuve que acostarme con el tío y otros empresarios para poder llegar donde llegué, la mejor bailaora andaluza: Caridad la sanluqueña. Hicimos varias giras por toda España y salí en una docena de shows de televisión española. 

Fui famosa, sí señor, muy famosa. Incluso trabajé en dos películas, gané dinero. Hubo meses que ganaba entre actuaciones y los regalos de algunos amigos íntimos más dinero de lo que puedas imaginar, pero hijo mío, lo malgasté en ropa y en vivir en lujosos hoteles además de pagar algunos caprichos a mis novios, que por supuesto todos eran guapos y machotes, pero más pobres que un sereno.
 Cuando cumplí los cuarenta y tantos años y notaba que me iba haciendo mayor compré dos pisos, un duplex, por si las moscas, que después tuve que convertir en hostal para poder vivir.

Así como dijo el poeta, todo llega y todo pasa. Yo pasé la de Caín cuando cada vez me contrataban menos y ganaba menos dinero y con lo mal administradora que era llegué casi a la ruina ¿te lo dije antes? hasta que unos amigos me recomendaron montar un hostal en mi duplex. Y aquí estoy. La verdad es que no me aburro porque siempre tengo huéspedes fijos, de confianza, con quien hablar, Precisamente el de la habitación 4A es un antiguo torero que se arruinó cuando se divorció y tuvo que pagar una pensión alimenticia a cuatro hijos e hijas adoptados, medio inditos de Bolivia. Fíjate que desatino.  También tengo otro huésped ilustre, don Alfonso el Poeta, la oveja negra de la familia de los Turquijos, que vive de una rentita que le pasa la familia para quitárselo de en medio. Y yo misma, otro espécimen, a mis sesenta y ocho años y recordando, cuando puedo, mi pasado de artista como Caridad, la Bailaora."

Un libro de mi biblioteca

Un andar solitario entre la gente

Autor: Antonio Muñoz Molina

Me sorprendió este último trabajo de Muñoz Molina que más que una novela lo considero como las anotaciones que un caminante observador hace de todo lo que le (nos) rodea, sirviéndole de punto de partida desde las cabeceras o titulares de los periódicos hasta los anuncios callejeros. Son los famosos mensajes, como llaman los publicistas, o exordios que nos introducen en un pensamiento o en una divagación que nos inducen a pensar como a ellos gustan.
Al leer este sorprendente libro me entretuve en copiar en unas hojas las cabeceras de estos mensajes o divagaciones y anoté un total de 517 a cual más curiosa. 
La primera parte de la obra está dedicada a Madrid y la segunda a Nueva York, principalmente a Manhattan y a una parte del Bronx.
No hay que olvidar que esas reflexiones son de cosecha propia del autor además de unas anotaciones sobre escritores o poetas malditos como Thomas De Quincey, Allan Poe, Walter Benjamin, Baudelaire, Wilde, Fernando Pessoa, Melville, James Joyce añadiendo la figura del fotógrafo ruso mendigo Miroslav Tichij.

Volviendo a los mensajes o exordios recopilados y desarrollado por Muñoz Molina anotamos algunos de estos:
Escucha los sonidos de la vida
Llévate un poco de nuestro sabor contigo
Tengo el iPhone que quiera
Si tus sueños no tienen límite
Escapa de la ciudad al mejor precio
Nuestra pasión es transformar tu rutina diaria en un momento inolvidable
Ayúdanos a personalizar tu hipoteca
Jesús tiene sed de ti

Sobre Nueva York el autor escribe:
"El rumor de esa temible multitud. No eres nadie. La sensación que siente caminado por sus calles no es de libertad sino de miedo. La intuición de lo fácil que sería desaparecer, sin dejar otro rastro que una silueta en blanco y negro entre el río de gente que graban cámaras de seguridad en las aceras. Nadie lo conoces, nadie te conoces. El caminante es uno más entre los habitantes invisibles. Entre los don nadie. Puede ser como un mendigo que arrastra los pantalones caídos y junto al que todo el mundo pasa sin fijarse... esta es una ciudad de zombis adheridos a pantallas de teléfonos y una ciudad de hombres invisibles y mujeres invisibles, de mendigos que comen en medio de la calle, que mean y defecan donde se le presenta la urgencia. Al no haber nadie nunca cerca se les ha ido olvidando el hábitat de la reserva. Se rascan al sol como animales soñolientos, algunos llevan consigo la madriguera o la choza, la cueva en la que se esconden. Hieden y duerman en una esquina de una vagón de metro donde nadie se acerca. Son unos don nadie".

Cine de ayer

La rosa púrpura de El Cairo (1985)

Director: Woody Allen 

Esta película es un luminoso homenaje a las mujeres maltratadas por sus maridos y por la fortuna (en este caso mala fortuna). Soy un incondicional del cine de W. Allen por saber este director captar los problemas de la gente, sea esta de alta o de baja condición.
La Rosa Púrpura de El Cairo es un film genial por la agilidad del guión y por el "mensaje" que encierra. Cualquier mujer maltratada puede defenderse del maltratador hoy en día pero antes era muy difícil, ellas tenían que aguantar la violencia verbal y física del esposo.
En plena depresión económica americana de los años 30 del pasado siglo había mucha miseria en US y Cecilia, la maltratada de la película de Allen, buscaba su evasión en el cine, sobre todo viendo una y otra vez, día a día, una película exótica, llena de glamour y lujo titulada La Rosa Púrpura de El Cairo a tal extremo que el actor de la pantalla se fijó que ella, una pobre espectadora que a diario iba al cine. El actor se conmueve a tal extremo que sale de la pantalla para invitar a Cecilia, con cara y aspecto de mujer pobre, a salir con él, un guapo galán, a dar una vuelta por la ciudad. Ella creía que soñaba, pero sí, era el guapo y elegante personaje de la película que le invitaba en persona a cenar y pasear. Ella aceptó encantada, se sentía como si flotara. Cuando terminaron de cenar en un lujoso restaurante y el camarero le pasó la nota éste, el personaje fascinante del film, pagó sin malicia con billetes falsos, de esos que imprimen para las películas, y se complicó la velada. Tuvieron que huir por pies pero lo pasaron en grande con la aventura.
 El contraste se produce cuando Cecilia llega a casa y el marido la reprende por llegar tan tarde y además le exige la paga que había recibido planchando a domicilio. El choque emocional es tan brutal que Cecilia cayó en la cuenta cómo era posible soportar tanta vejación y humillación  junto al mostrenco de su marido, que estaba en paro y que ya se había acostumbrado a no trabajar. Comparó todo con el delicioso rato que pasó junto al galán de cine. Se dio cuenta, por lo tanto, que su vida de ficción le satisfacía más que su sórdida vida real. Y reflexionó  que si no existiera las fantasías en las personas que les quedaría para encontrar un soplo de felicidad. 
La película se desarrolla por otros derroteros hasta un final de cine: ella es invitada a Hollywood donde se convierte en una exitosa dama, abandonando previamente a su maltratador y borracho esposo.
 Moraleja: Huye de la gente  tóxica, incluso de maridos (parejas se dice ahora) y de mujeres complicadas y desesperantes y vive tu vida como te plazca, si puedes. 

Ya es Primavera !!! 3