miércoles, 25 de abril de 2018

El peligro de aburrirse

Cuernos por aburrimiento

Siempre me llamó la atención la duda que algunos padres, con varios hijos, que tuvieron cuando veía que los rasgos fisiológicos de uno de los niños eran muy diferente al resto de la caterva. Es evidente que si de un matrimonio, ambos de piel oscura y ojos negros "sale" una chica rubia de ojos azules es que el engendro fue exógeno al lecho matrimonial.

En un artículo que leí no hace mucho se decía que en Francia el 20% de los matrimonios con más de dos hijos uno de ellos pudo haber sido engendrado por otro hombre diferente al cabeza de familia o preñador oficial.
Un 20% es algo preocupante, lo más triste de caso es que el cabeza de familia ha alimentado, educado y mantenido a un hijo espurio, a un hijo de la gran zurda: su esposa y  de otro tío. En España se dio un caso parecido. Con pruebas de ADN un marido demostró ante los tribunales que había sido engañado y reclamaba una suma importante por gastos de manutención de una hija de 19 años de edad que no había sido engendrado por él. Obtuvo el divorcio al momento pero la devolución del dinero por alimentar a una hija de zurda, no lo recuperó.

Siempre fui muy observador y en España, en nuestra Andalucía, vi matrimonios con varios hijos y con uno o  incluso con dos que portaban diferentes cataduras. Ya sabemos, por desgracia, que en la posguerra, las mujeres pobres, incluso algunas con maridos en la cárcel y muchos hijos que alimentar se acostaban con el primer hombre que le ayudara a sobrevivir y a veces habían fallos, esos hijos diferentes.

Algunos papanatas dirán eso de la ley de Mendel, que de cada números de semillas iguales, con una característica especial, una de ellas muta  a otra muy diferente. Sí, sí. También hay mujeres que ponen los cuernos a sus maridos cuando estos no le hacen caso y las tiene apartadas en sus hogares, solo para la cocina y la cama o cuando algunos esposos son unos cafres que las maltratan y la venganza de estas maltratadas es ponerles unos cuernos como los portan los toros de Victorino y si quedan embarazada de otro, mejor.

Aquella hermosa moza que se colocó de sirvienta en la casa de unos señorones granadinos. Se casó y tuvo un hijo del marido, que no era un Adonis, ya que el niño salió patizambo, enanillo y renegrido. Al año de parir esta mujer, volvió a trabajar de criada a la misma casa. Se quedó preñada,  pero esta vez no del marido, sino de un hijo del señorito, que era atlético y rubio de ojos claros. Salió una hija rubita, de ojos azules y de gran formato. Es que la nena se parece a mi bisabuelo, dicen que decía la muchacha. El marido caviló y calló hasta que le calentaron los amigotes y dijo que no, que esa niña no era suya.
Yo conocí a esta chica espuria cuando ella tenía 24 años de edad; estaba como un tren, era alta, rubia, de ojos claros y aunque no bella su cuerpo era espectacular. El cornudo del padre aceptó una indemnización del preñador con la que compraron un piso en la Chana y todos tan felices.

Así que los cuernos pueden crear disgustos o solucionar problemas económicos. Según se lidien.

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