sábado, 21 de febrero de 2015

CINE DE AYER

Interiores  (1978)

Director: Woody Allen

En un matrimonio mayor, de clase media-alta neoyorkina, él decide separarse para buscar otras experiencias. "Tengo 65 años y veo que mi vida no tiene sentido" - dice el esposo a su atribulada mujer para justificar su deseo de vivir dichas experiencias.
El guión nos hace ver que este matrimonio, con tres hijas adultas, existió dentro de un orden tal y tan bien organizado que surgió un frío emocional entre todos sus componentes. "Mamá, eras tan perfecta que nos aburría" - le dijo una vez una de sus hijas.

Cuando la  esposa ( que había sido tratada en una clínica de una afección maníaco-depresiva), magníficamente interpretada por la actriz G. Page en el papel de Eve, consigue reunir a sus tres hijas por un evento familiar es cuando el marido, muy sereno y reflexivo le dice a su neurótica esposa lo de la separación. Las hijas se miran extrañadas y la más pequeña, una escritora fracasada, es la que más se opone a tal dislate.

La película es excelente por el guión, por los actores, por una fotografía preciosa y una decoración exquisivamente minimalista con unos colores pasteles casi monocromos, de muy buen gusto. La música es genial.

Algunos cinéfilos opinan que Interiores es la mejor película seria de W. Allen aunque personalmente me gusta más September.

En Interiores aparte de señalar una relación artificial entre una madre "perfecta", elegante, superculta, sensible al arte y buscadora de la perfección crió, si así se puede llamar, a tres hijas muy diferentes entre sí y convivió con un marido egoísta y egotista.

Creo que la influencia del director sueco I. Bergman es notable en esta película de Allen: es lenta sin cansar, yo diría que gustosamente pausada y con un movimiento de cámara a mi gusto: travellings lentos, picados, secuencias exactas, etc.
Un encanto de película, un drama bien narrado y con una dirección impecable.

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