domingo, 25 de noviembre de 2018

Cine de ayer

Annie Hall (1977)

Director: Woody Allen

Esta es la mejor película dirigida por W.A. obtuvo 4 Oscars, el Globo de Oro, varios premios Bafta, el premio a la mejor película de 1977 por el Círculo de Críticos de New York y otros premios más.
 Si te gusta ver una película bien realizada, con excelentes actores y diálogos brillantes intentas ver este magnífico film donde se narra la historia de un actor cómico de moda, interpretado por Woody Allen, que fuera del escenario ni es divertido ni exitoso, al contrario es un desastre, es empalagoso contando a sus amistades esos chistes manidos de siempre, tiene una personalidad neurótica, es hipocondríaco y para colmo es un desastre en la cama con sus amantes. 
Cualquier relación amorosa algo prolongada le crea problemas por culpa de sus absurdas obsesiones acerca del sexo  y de la infidelidad.
 W.A. nos hace ver que en una pareja de personas cultas de clase media es más difícil la convivencia que entre simples mentales y conformistas, indistintamente pertenezcan a esta misma clase media o incluso a la clase obrera. 
Hay una escena que W.A. que llevando a rastra un monólogo por las calles neoyorquinas para a una pareja que parece alegre y les pregunta sin son felices. "Pues claro que sí, siempre estamos riendo" -contesta casi al unísono estos capullos.
Sin caer en la pedantería es una película inteligente donde se menciona a Balzac, a James Joyce y a Samuel Beckett . También se recuerda a otras películas tales con La Strada, El Satiricón o El Padrino.
Hay una escena en esta película fascinante. Cuando el matrimonio formado por Alvy y Annie están haciendo el amor de una forma mecánica, aburrida. Entonces el otro yo de ella sale de su cuerpo y hastiada de tanta gimnasia sexual se sienta en un sillón del dormitorio y hojea una revista mientras dialoga con el atolondrado esposo sobre el amor y todas esas tonterías.
Puede ser una crítica contra las parejas desiguales, todavía aplicable a nuestros tiempos, donde una mujer activa, moderna, desenfada, sin prejuicios y adorable tiene que convivir con un marmolillo de marido feo, neurótico, quejica, negativo y absurdo.
Lo mejor del film, aparte de los excelentes actores, son los muy enriquecedores diálogos sin olvidar los pensamientos-monólogos del propio Alvy o Woody Allen. 

  

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