lunes, 30 de octubre de 2017

Hijos déspotas

Hijos déspotas 

Vivimos en el año 2017 y ya no nos asusta casi nada ni exclamamos aquello que dijo Cicerón al comprobar las nuevas modas entre los jóvenes: "O tempora! O mores!" (¡Qué tiempos, qué costumbres!).
Todo lo aceptamos y si viene de nuestros propios hijos, aún más, aunque estos sean unos oportunistas, aprovechados y canallas como a veces sucede y leemos en la prensa: "Un hijo apuñala a su padre por una discusión familiar" "Un hijo da una paliza a su madre por no recibir dinero de esta". Estos ejemplos ilustrarían  los extremos del despotismo de unos hijos cabrones; imaginamos que también habrá hijos modelos, 
Lo que denunciamos en este breve artículo son los otros, los hijos o las hijas que aprovechan la bondad o falta de carácter de unos padres para explotarlos. Me da grima y pena ver a ancianos paseando con desgana a su nietos; recogerlos en la guardería o en el colegio, por obligación, todos los días, mientras que sus madres "trabajan" un eufemismo para decir que se desentienden de la rutina familiar, de la educación y de entrega a sus hijos, que tanto aburre. 
Y que decir de esa niñata, la nieta de un jubilado, que manda al abuelito a hacer cola, durante horas, para sacar la entrada de un concierto de rock mientras que ella lo pasa en grande con sus amigas.
El otro día escuché en la radio a una mujer de sesenta y tres años de edad que se quejaba que su hija le dejaba en casa a sus dos niños todos los fines de semanas para poder ellos, la hija el marido, ir  de marcha como si fuesen novios. ¿Y por qué no se niega usted? Le preguntaba el locutor, y la pobre y débil mental contestaba que era por no enfadar a su hija. 

Recuerdo el caso de un chico torpón, vago y soñador que engañó a sus padres diciendo que deseaba estudiar un grado superior de ingeniería en la capital cuando se sabía que el menda siempre obtuvo bajas calificaciones en el instituto. Tras dos años sin dar un palo al agua y gastar bastante dinero optó el chico por hacer un módulo de hostelería. Sus padres callaban como putos. 
Es una lástimas ver a  esos padres consentidores que soportan a unos hijos estultos y abusones,  unos padresque hacen todo lo que les ordenan sus hijos y aceptan todos sus fallos como hechos fortuitos con tal de  ser, supuestamente, amados por estos déspotas.
Los hijos/hijas de hoy en día, en su mayoría, explotan a sus padres de una forma descarada. Posiblemente es una venganza generacional de cuando en las décadas de los 50 y 60 algunos padres explotaban a sus hijos descaradamente y los ponían a trabajar para quedarse con el dinero de sus salarios o los hacían trabajar en el negocio familiar sin recibir retribución alguna.
Hijos e hijas déspotas abundan y también padres estúpidos que se dejan utilizar por aquellos, hay tantos  como marranos en un lodazal. 

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