martes, 26 de enero de 2016

CINE CLÁSICO

El ángel exterminador  (1962)

Luis Buñuel

El comportamiento del ser humano ante una situación difícil e inesperada es sencillamente novelesco. Imprevisible. 
El "quiero y no puedo" está presente en todos los actos de nuestras vidas.
Buñuel se basa en una novela de Alcoriza para realizar el guión de esta película tan extraña.

Gentes de la alta sociedad de una gran ciudad asisten a un concierto, todos visten de gala: ellas trajes largos y enjoyadas y  perfumadas; ellos visten fracs y preciosos zapatos ingleses. En total una treintena de personajes del mundo de las finanzas y de la alta política  son invitados a una cena en la casa-palacio de un magnate. En la cena suceden hechos extraños con el servicio que abandonan el lugar poco a poco, pero no importa; las señoras y los señores son condescendiente con los criados. Pasan al salón de fumar para tomar unas copas, solo son atendidos por el solícito mayordomo ya que los seis camareros y los tres cocineros  huyeron a sus casas. No importa, lo pasan bien hablando de negocios ellos y de viajes y vestidos ellas.  Pasan las horas. Son las cuatro  de la madrugada y algunos deciden salir del salón pero una fuerza interior se lo impiden. Ponen excusas para no salir a pesar de que las puertas están abiertas. Llegan las 6 y nadie abandona el lugar. Algunos caballeros se atreven a quitarse la chaqueta y algunas damas se quitan a escondida la faja. No aguantaban más la presión en sus fofas carnes. 
Pasa un día, pasan dos días y nadie se preocupa de ellos. Algunos y algunas comienzan a oler mal. Llevan tres días sin bañarse y hacen sus necesidades en un enorme jarrón chino que guardan en un armario. No hay agua, tienen sed y rompen una tubería que destila solo un chorrito. Todos se pelean por el turno para beber. En la oscuridad de la noche, intentan violar a una dama.  Un viejo se muere y lo encierran en otro armario. La gente se desespera y se forman dos grupos, dos facciones que planean matarse entre ellos por esa situación tan desesperada.  Al tercer día, nadie intenta salir a la calle, aunque es de día y la policía, rodeado de vecinos, les ordenan que salgan de una vez del salón. Todos se hacen los remolones para no dar el primer paso a pesar de que lo están deseando. Hasta que...

Buñuel nos muestra que el barniz que se obtiene con la educación y perteneciendo a una clase social distinguida es débil, que se cae muy pronto cuando nos encontramos en una situación adversa. Todos esos burgueses fuera de sus despachos y mansiones y sin los aduladores habituales son unos horteras maleducados y vengativos. 
La película es algo surrealista, como cuando se cuela una oveja al salón, la atrapan y la asan en mitad de la sala sirviendo de leña los preciosos muebles de estilo Chippendale.
Con "El ángel exterminador" Buñuel nos hizo recordar aquello tan manido pero que siempre está presente en todos nosotros: Homo homini Lupus.

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