lunes, 25 de febrero de 2019

Cine de Ayer

Amanece, que no es poco (1989)

Director: José Luis Cuerda

Esta es una de las comedias españolas que más me ha gustado. Es divertida, criticona, pero sin faltar el respeto a nadie. Todo es broma y exageración; hay mucho surrealismo en el film.

Imaginen  un pequeño pueblo de la España profunda de la posguerra donde hay una extraña armonía entre los habitantes y las autoridades competentes: la guardia civil, el cura, el maestro, el médico, un negro lascivo y otros personajes. Todos viven de una manera laxa y amable. 

Destacamos un diálogo absurdo entre un parricida, que mató a su esposa y el hijo adulto.
-Padre ¿Por qué mató usted a madre?
-Porque era muy mala. Es muy duro decir esto a un hijo, pero tu madre era muy mala. Yo he esperado a que tú estuviese criado y a que tuviese una buena educación. Ahora que tienes un buen trabajo como profesor en la Universidad de Oklahoma me pregunté ¿para qué quiere éste una madre?
-No se, padre, pero como tengo el año sabático no tengo nada que hacer.
-Pero para eso te compré una moto con sidecar, para ver mundo.
-¡Ah, ya!

En otra escena absurda y divertida se ve como un hombre se acuesta con la mujer del médico mientras visita a los enfermos. A los diez minutos de terminar el coito la mujerona del médico se queja a su esporádico amante: Fíjate lo que me has hecho, y señala a dos niños mellizos recién paridos. Usted perdone señora -contesta el libertino- yo me he acostado con muchas mujeres y no les han nacido los niños tan de pronto.

Dentro del buen cine cómico español esta película es sin lugar a duda la mejor de todas. Es irónica, surrealista, inteligente, descabellada y muy entretenida. A veces te hace soltar una carcajada en vez de una sonrisa de compromiso. 
Algunos críticos de mentes retorcidas han dicho de ella que es una película que denuncia situaciones del pasado, de la época de la dictadura, ya que, según ellos, se critica la autarquía, la miseria mental y física, el primitivismo pueblerino, el analfabetismo y todo el lastre del subdesarrollo español de entonces.

Addenda.- Curiosamente, me sorprendió ver en una escena de esta película, como en un travelling de la cámara, ésta se detiene durante unos segundo enfocando en un peculiar mueble: un paragüero de madera de haya igual como el que tenemos todavía en casa y que compró mi padre en 1940 cuando se casó. Es precioso y de un diseño extraño. 

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