sábado, 25 de abril de 2020

Cine de Ayer

Cine de Ayer 

Viridiana (1961)

Director: Luis Buñuel 

A Buñuel como a Bergman siempre le fascinó la religión, las religiones. Nuestro insigne director disfruta a gusto con esta película donde un hombre mayor seduce a una inocente novicia de monja.
Este film rodado y estrenado en el "mundo libre" en el año 1961 no se pudo ver en España hasta dos años después de la muerte del dictador, en 1977. Fue un éxito para los cinéfilos y un escándalo para la gente del búnker hiper-conservador.

La película en sí se puede dividir en dos actos, como  en una gran función de teatro. Un primer acto, con la presencia del anciano rijoso, donde se manifiesta las perversiones del tutor, tío y después amante de la jovencita; aunque nos podemos preguntar ¿ella era en cierto modo  consentidora, disfrutaría también folgando con el viejo? Y un segundo acto, ya desaparecido el protector, donde se ve como Buñuel nos hace ver, a través de la protagonista, cual débil es el hombre (y la mujer) cuando hay pasión de por medio. Estos dos actos encierran otros sentimientos como es la compasión, la ira y la propia lujuria.

En un acto controlado de ira el rijoso anciano le dice a la jovencita-amante-sobrina y protegida: "Yo soy para ti como un padre y también como un amante; según me convenga"
Esta joven, interpretada por la bella actriz mexicana Silvia Pinal, se enamora de un hombre de su edad, como cualquier chica "normal". El anciano amante se entera y le entra celos de macho dominante, pero después de unos sucesos debe claudicar y soportar unos cuernos indeseados.

Recordemos aquella escena, impresionantes, cuando Viridiana acoge a unos vagabundos, en su caridad cristiana, quizá para purgar su pecado carnal con su tío, son todos unos parias indeseables e inmorales, que viven con ella, en su casa-cortijo para protegerles, darles de comer y educarles en la religión y en las buenas costumbres.
 Cuando un día Viridiana, ya libre del anciano, tiene que ir a la ciudad deja la casona a cargo de los  mendigos. Nada más desaparecer la ama los vagabundos, hombres y mujeres, hacen una tremenda orgía. sacan los manteles de hilo y la cubertería de plata, se beben el mejor vino de la bodega, saquean la despensa y tras la comida y el calor del vino una asquerosa mendiga, se fija en la mesa, que parecía una estampa de la Ultima Cena de Leonardo, y dice a carcajadas a todos los comensales que se quedaran quietos, que le iba hacer una foto.  Se levanta la falda y ¡zas! la fotografía quedó hecha. Cuando vuelve Viridiana y al ver el desastre les reprende, ellos se ríen y un par de indeseables intentan violarla.
 "No le eches de comer perlas a los cerdos" y "Cuique suum" (a cada cual lo suyo). Adagios que Viridiana ignoraba. 

Cuando esta película se estrenó en nuestra patria, los meapilas y la derechona mas recalcitrante quisieron prohibir su exhibición. La crítica oficial, todavía en poder de los conservadores, la juzgaron como un desmadre de mal gusto y una auténtica inmoralidad. 

La película fue y es considerada por los buenos cinéfilos como una de las mejores de Buñuel. La fotografía en blanco y negro es excelente, la música la adecuada y la interpretación muy buena, a pesar de la opinión de algunos críticos sobre la actuación de la Pinal. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario