jueves, 27 de septiembre de 2018

Aquella nefasta década, 1950-1959

Cuando los recuerdos te hacen ver la vida tal como es.

"Aquella nefasta década, 1950-1959"

Jacinto es un español más cercano a los 80 que a los 70 años de edad. Jacinto, como todo hombre "normal" ha luchado, caído y triunfado en momentos de su vida. Pero nunca sabrá por qué recuerda con tanta claridad aquellos negros años entre 1950 y 1959, cuando España era un país tercermundista y el hambre, la miseria, la ignorancia y el terror al Estado eran los azotes del ciudadano medio.

En el año 1950 Jacinto tenía seis años de edad y recuerda aquella escuela de preescolar, llamada "migas", cuando la maestra, doña Josefa dividía la clase en tres grupos diferenciados por una fila de bancas vacías. En primer término estaba la clase preferente para los  hijos de los comerciantes y de los funcionarios. El segundo grupo lo formaba los hijos de los obreros y empleados asalariados y el tercer grupo, que era llamado por la maestra, el grupo de los colilleros (la clase social más baja de aquella ciudad) eran los niños pobres que el Patronato o el Auxilio Social obligaban ir a la escuela por diversos motivos. 
No todo era malo en 1950. Por ejemplo, don Manuel Fraga, a sus 28 años de edad ya era catedrático de Derecho en la Universidad de Madrid, además de abogado de las Cortes y secretario de Embajada.
Sin embargo, en la España profunda y atrasada la enfermedad de la rabia mató ese año a 20 personas. Las fiebres tifoideas se cebó con 1.600 enfermos y el contagio por poliomielitis (la enfermedad de la pobreza) atacó 1.600 chicos
La renta per cápita era de 6.900 pesetas anuales.

En 1951 la sanidad Pública era casi inexistente. La mortalidad infantil era de 1'25 por mil, entre 0 y un año. De 1'75 por mil de 1 a 5 años de edad. La polio se cebó con los más pobres, este año se infectaron (recordemos que era una enfermedad muy contagiosa) 17.000 chicos en edad de desarrollarse y causó 56 muertos.

Saltemos unos años de tanta miseria para llegar al año 1955. El hambre física se cebaba con el 60% de la población española, el resto sobrevivía medianamente bien y una minoría la formaba los ricos, los poderosos y los prepotentes del régimen. A pesar de la miseria generalizada en nuestra patria el ejército español era inmenso con casi medio millón de soldados mal equipados y peor entrenados, según Tamames. Poseía 308 generales; 22.150 jefes y oficiales y 17.630 suboficiales.
Este año de 1955 el escritos Sanchez Ferlosio publicó El Jarama y Bardem estrenó la película Muerte de un Ciclista.
La Sanidad Pública era el escaparate del subdesarrollo que padecíamos. Existían 27.970 tuberculosos hospitalizados; 3.001 casos de paludismo; 3.010 leprosos tratados (la lepra era y es considerada como la enfermedad de los parias), 3.000 afectados por brucelosis y 1.086 nuevos casos de polio.

En 1958 un dólar americano se cambiaba por 42 pesetas. Torcuato Luca de Tena publicó Edad Prohibida, un auténtico best seller como también fue aquella película desenfadada y taquillera Las Chicas de la Cruz Roja.
El Sur y el Levante español soportó un rebrote de lepra, con 3.810 nuevos casos.

En el año 1959, el último de esta nefasta década, reventó la presa de Ribadelago matando a 200 personas.
España se industrializaba poco a poco. Se fabricaron en todo el país 3.341 tractores; 37.763 coches; 12.566 camiones; 124.190 motocicletas, motocarros y ciclomotores y 145.161 bicicletas.
La población activa estaba bastante equilibrada. Trabajaban un 39'70% en el campo; un 32'98% en la industria (un porcentaje más alto que en la España de 2018) y un 27'32% en el sector servicios.

Para consolarnos por estos malos recuerdos de aquella década 1950-1959 diremos que la precedente, la de los años 1940-1949 fue por antonomasia mucho peor, fue la década del terror y del hambre. Una década asquerosa que todos debemos olvidar.


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