Cine de Ayer

Zelig (1983)

Director: Woody Allen

Esta película puede ser considerada como una parodia de una persona tan piltrafilla que no quería destacar nada en la vida. Que lo que más que deseaba era parecerse a sus interlocutores ocasionales; si estaba en una reunión de médicos Zelig habla como uno de ellos, si estaba sentado junto a un negro él se convertía en otro negro, si estaba al lado de un terrorista él se hacía y actuaba como un terrorista y así hasta el hartazgo.

W. Allen nos ofrece un formato especial para esta película, la de un falso film-documental. Mezcla noticias verdaderas de los años 20 con las payasadas de Zelig. Es una crítica a esas personas que desde muy niños les suelen decir sus madres: tú nunca destaque en nada, pasa desapercibido por la vida y te irá bien.


Poseo la cinta en VHS y suelo verla de vez en cuando. Refleja aquella época del jazz y de la prohibición de bebidas alcohólicas en una América bastante confusa y muy necesitada por  hallar mitos entre sus gentes. 
Zelig se convierte en todo un personaje hasta el extremo de ser estudiado por una psiquiatra y tornarse éste en otro psiquiatra que habla en términos técnicos y se porta con calma profesional. 
El padre de Zelig le solía decir que la vida era una pesadilla inútil, que él hiciera aquello que otros hicieran a su alrededor: que el pueblo llano alemán se manifestaba a favor de una  Alemania nazi, Zelig se vestía con el uniforme y también se manifestaba. Que entraba en un restaurante griego, él salía del local convertido en un bigotudo griego. Que se sentaba entre dos personas gordas  él se convertía en otro gordo.
Los científicos estaban asombrados con estos cambios físicos y la familia de Zelig, una hermanastra y un cuñado sin escrúpulos, se hicieron sus managers para conceder entrevistas y conferencias a cambio de dinero.

Lo curioso de esta película es que en las secuencias donde aparecen trozos de informativos (newsreel) no están subtitulados, sino en inglés. Las imágenes imitan a aquellas cintas malas rayadas de la época.

Woody Allern demostró con esta película su genio e ingenio y nos hizo ver que el que no se moja el c... no captura peces.