domingo, 26 de julio de 2015

CADA MOCHUELO A SU OLIVO

Cada mochuelo a su olivo... y cada oveja con su pareja.

Quizá estos manidos refranes rocen el tópico más vulgar pero demuestran realidades como montañas, que las mezclas nunca fueron nobles.

Todos los aficionados a la pintura saben que si se mezclan muchos colores sin ton ni son sale un feo y sucio color gris oscuro. También si mezclamos oro con plomo sale un material innoble.  Y si mezclamos gasolina super con fuel-oil el motor del coche se avería. Si mezclamos a gentes de diferentes razas y culturas, a la larga, floreceran guetos de inadaptados, resentidos y violentos. 

La Unión Europea, ese mito imperialista trasnochado, intenta mezclar diferentes países de diferentes culturas y nivel económico para conseguir un todo europeísta imposible.  No hay que ser un gran analista para darnos cuenta que un país nórdico nunca se podrá equiparar con el tipo de vida de un país del área mediterránea. 
 Un trabajador cualificado de Escandinavia nunca vivirá mejor que un colega con su misma calificación profesional pero viviendo este en España, Francia, Italia o en Grecia.
La emperatriz germana que gobierna ahora la UE  se crió y educó en un ambiente sórdido y austero de la Alemania del Este. Ella pretende esclavizar, amargar y rebajar la alegría por vivir de los trabajadores de los países sureños europeos para intentar así ser mejor explotados y ultrajados por el Gran Mammón, el Gran Capital Mundial.  

Cada oveja con su pareja; los españoles nos llevaremos siempre mejor con los franceses, los italianos o nuestros hermanos griegos que con esos apaleados y sometidos ciudadanos de Dinamarca, Alemania o Noruega.

Si la mezcla anterior es imposible peor y más anti natural es las relaciones de parejas tal como se pretende normalizar hoy día. Cuando un hombre y una mujer se casan o se ayuntan siempre  encontrarán más obstáculos en la convivencia si ellos proceden de dispares backgrounds, y por ende son diferentes y divergentes en su educación y escala social. Siempre fue arriesgado, en la mayoría de los casos, juntar un hombre con una mujer con diferentes bagajes personales: él pobre e ignorante y ella rica e inteligente; él natural de Papúa Nueva Guinea y ella natural de Suecia; él cristiano y ella hinduísta o musulmana. O viceversa. A la larga surgirán más conflictos entre ellos que si ambos pertenecieran a la misma grey. "Cada oveja con su pareja"

El asunto de los advenedizos, tan en boga en nuestros tiempos, por mor de esta política populista que tenemos en España, de apariencia democrática, más la incorporación de los nuevos ricos a nuestra sociedad es todo un poema. Aquí rebosa el vaso de la estulticia social y comprobamos que ni cada oveja con su pareja ni cada mochuelo a su olivo. Sabemos, a través de los medios informativos, la cantidad de ganapanes, chupacharcos y abrazafarolas que siendo antes unos don nadie ahora, aupado por la política, se sientan tras una gran mesa en suntuosos y elegantes despachos, utilizan coches oficiales con chófer y escolta y obtiene unas ganancias impensables cuando antes desarrollaban, si es que trabajaron en algo, labores rutinarias.
 Los nuevos ricos son una especie aparte, muy pocos viven con dignidad y con afán de superación, invariablemente casi todos caen en la ostentación hortera del dinero y con ese mal gusto que les caracterizan; generalmente tienen  hijos e hijas que mal criadas en la abundancia poseen una  moral inexistente. La mayoría de ellos "salen" borrachos, drogadictos o sencillamente son unos parásitos familiares inútiles para la sociedad.

Así es que, guste o no, debemos  seguir esas consejas de nuestras abuelas: Cada mochuelo a su olivo y Cada oveja con su pareja.

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