sábado, 23 de abril de 2016

EL ENTUSIASMO

Sobre el entusiasmo

A pesar de estar de moda la coletilla "hay que ser positivo en la vida" que casi siempre aplicamos sin ton ni son, podemos recordar que sin entusiasmo en nuestras vidas, en lo que hacemos o en lo que deseamos estamos abocados a fracasar emocionalmente en todo lo que nos propongamos. 
 Niños y jóvenes que desde su temprana edad manifestaron una carencia de entusiasmo, a la larga, en su adultez, por lo general, no conseguirán alcanzar ninguna meta, ni en sus vidas privadas y menos aún en la profesional. Personas carente de entusiasmo pueden comportarse como zombis, o como estúpidos afectados de un cierto cretinismo.
Nos preguntamos ¿por qué carecen de entusiasmo algunas personas? Por no haber sido educada en la filosofía del esfuerzo ni en la de excelencia, por la falta de una meta o por haber recibido de niño una sobre protección excesiva. Niño ¿quieres un helado? -se le  pregunta a un chico desmotivado- Me da igual. Un niño sano diría, sí o no. ¿Qué deseas ser cuando seas mayor? Yo qué sé, me da igual.
Un chico o una chica mentalmente sano deseará lo mejor para ellos. El mejor helado, la mejor carrera universitaria o el mejor trabajo. Al menos lo intentaría manifestar así. El tiempo y la suerte dirá la última palabra.
No hay que confundir el natural entusiasmo con el falso. Ejemplo: esa persona desgraciada desde que nace y cree poder conseguir otro tipo de vida a través de una herencia sorpresa y milagrosa o con un premio de lotería. El entusiasmo es el ánimo que la mente y el cuerpo genera ante los avatares de la vida o más técnicamente: el entusiasmo es la exaltación emocional provocada por un sentimiento de admiración hacia algo, alguien o hacia nosotros mismos.  

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