viernes, 25 de diciembre de 2015

Degeneración y Regeneración

Degeneración y Regeneración 

Los ciclos de la vida son inevitables. De la misma manera que una planta tiene un ciclo natural de germinación, madurez y deterioro las personas, los pueblos y las naciones también tienen sus propios ciclos, desde un cenit a un ocaso.
Nos preguntamos ¿ hacia dónde va España? Para cualquier ciudadano observador de la evolución cultural y social de nuestra patria se habrá dado cuenta que existe una subversión de valores éticos y morales alentados por una masa amorfa de títeres al servicio de quién sabe nadie.
No pretendo ser moralista ni menos aún un patriotero del tres al cuarto pero sí un contumaz  analista para mí mismo y para los amigos de este Blog, de aquellos que se dan cuenta del estado de degeneración hacia el que camina todos los estamentos de nuestra sociedad. 
Yo comparo este caos con el panorama literario español desde el siglo XVIII con un nefasto panorama literario, hasta la fecha actual donde todos desean exponer por escrito sus ideas aunque estas sean burdos pensamientos y ramplonas anécdotas de sus mezquinas vidas.  Pérez Galdós, Pío Baroja, la Pardo Bazán o Blasco Ibáñez,  resurgieron después de una etapa gris y pastosa de nuestra historia.

Antes de continuar debemos reconocer que España fue un país atrasado, inculto y pobrísimo en casi todo el siglo XIX e intelectualmente seguimos estando igual de atrasados y de catetos con respecto a otros países civilizados europeos.  Cuando aquella época de "insignes" escritores españoles, digamos Moratín, Meléndez Valdés o Cadalso ya en Francia se editaban obras de Voltaire, Diderot, Russeau y en Inglaterra destacaban Walter Scott, Shalley o Keats. Sin olvidar a un Goethe, Heine o Schiller. En comparación los autores españoles mencionados eran bagatelas de salón de te.
 El atraso cultural en España era tan enorme con respecto a Europa que en aquellos tiempos hubo manuales de literatura española que desde el capítulo dedicado a Lope de Rueda, Cervantes y Góngora saltaban al capítulo de la Generación del 98. No les merecían la pena hablar de la literatura, del teatro o de la poesía de los siglos producidas en el siglo XVIII y principios del XIX. Quizá sea esto una exageración, pero es que el panorama literario entre épocas fue nefasto, de muy baja calidad.

España, tanto en el panorama político como social o cultural sigue siendo muy atrasada, principalmente en lo que es promocionar a todos los niveles sociales lo que debe ser el deber, la moral y la ética. Hay una afinidad profunda entre política y literatura. Entre la excelente calidad profesional y moral de aquel político de principios de nuestra  democracia contra la baja o nula calidad personal de toda esa caterva, miles y miles, de individuos sobrados de desfachatez y caradura que  nos roban so pretexto de ser nuestros dirigentes pero que en realidad son personas ramplonas, soeces, buscavidas e inmorales, extremadamente inmorales.  Aquí se produce un reflejo de esa simbiosis que siempre existió entre la literatura y la política contemporánea, las dos necesitadas de una Regeneración.

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