jueves, 26 de julio de 2018

Un libro de mi biblioteca

Un libro de mi biblioteca

Villardom

Autor: Ramón Valenzuela 

Hace casi veinte años escribí y auto-edité mi primera novela que como era una edición no venal regalé entre mis amistades y familiares. Sentí placer cuando recibí de la imprenta/editorial de Barcelona aquellos hijos de mi imaginación. A continuación hago un resumen de algunos capítulos para dar una idea de la novela.

"Maldito el día que embarcamos en aquel crucero por el Mediterráneo. Tenía que distraer a Silvia, mi esposa, que había sufrido una crisis depresiva. Realizamos una mala boda. Cuando nos casamos ella tenía 47 años de edad y yo 32. Esta diferencia se notó cuando pasaron varios años y ambos envejecimos asimétricamente"

"¿Cómo conocí a Silvia? En la inauguración de una exposición de pinturas de Zorki. Yo me encontraba absorto contemplando una obra que representaba un hombre que huía de su sombra cuando alguien me tocó con delicadeza un brazo y me susurró: Ese eres tú. Quedé petrificado por la osadía de Silvia, la hija autista del propietario de la galería de arte más importante de Madrid"

"Casi el mismo día que me casé con Silvia me enamoré de Adela, la directora de la galería. Adela era la antítesis de Silvia, era fresca y desenfadada, muy joven, bella y portadora de un cuerpo deseable. No era muy inteligente pero sí era muy ambiciosa. Quería ser alguien a toda costa.
Curiosamente Adela fue contratada por el padre de Silvia cuando éste entró precipitadamente en una tienducha de artículos de regalos para comprar un encendedor de usar y tirar. Se sorprendió del trato amable de la dependienta y le entregó una tarjeta de la galería por si quería cambiar de trabajo con un salario que, le aseguró, triplicaría al que ella cobraba vendiendo baratijas a turistas. 
Adela aprendió pronto, le fascinaba el ambiente sofisticado que reinaba en la galería. En dos años fue promocionada como directora de Ergo, situada en plena calle Serrano, de Madrid. Cambió su domicilio, del sórdido piso familiar de Parla a un coqueto apartamento cercano a Ergo."

"Cualquier mujer nota cuando es el objeto del deseo por parte de un hombre. Todas las mujeres poseen una facultad especial para detectar la mirada del macho cuando la desnuda mentalmente mientras le sonríe. Así la miraba el yerno del propietario antes de convertirse en su amante"

"Después de la gran estafa y de la ruina total de Ergo -se dijo Juan en un momento de depresión instantánea- no tuve más remedio que refugiarme en mi finca cercana a un destartalado pueblo castellano, Vallardom, donde sus vecinos llevaban una existencia embrutecida por  la avaricia y el ansia de poseer más ovejas que el vecino.
 El tiempo pasa por mi vida -elucubró Juan- como una plaga de langostas que devora lentamente mi existencia. El único personaje válido con el que puedo conversar en este pueblo de pastores y boñigueros es con Luis, el viejo electricista jubilado. Un anarquista exquisito, de refinada sabiduría  y profunda crítica, que como prueba de su afecto permitió que leyera unos apuntes sobre su vida y sus pensamientos que tituló pomposamente: Cuadernos de un electricista ácrata.
Por azar y sin apenas saber cómo  pude salir de aquel lugarejo y volver a Madrid donde retomé mi profesión de marchante de arte. Adela, mi ex-amante me acogió en su casa, quizá apenada por la muerte de Silvia, hacía apenas unos meses. La luz iluminó otra vez mi existencia sin tener en cuenta nuestra diferencia de edad. Yo tenía 62 años de edad y ella, Adela,  36 años"

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